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Soluciones para el MÍO

Si el próximo 29 de junio dejan de rodar por las calles 300 buses, como lo han anunciado tres de las cuatro empresas encargadas de la operación, se generará un traumatismo mayor al que hoy padece una ciudad que no da abasto para movilizar cada día a un millón de personas en su sistema público de transporte.

21 de junio de 2015 Por:

Si el próximo 29 de junio dejan de rodar por las calles 300 buses, como lo han anunciado tres de las cuatro empresas encargadas de la operación, se generará un traumatismo mayor al que hoy padece una ciudad que no da abasto para movilizar cada día a un millón de personas en su sistema público de transporte.

Al MÍO hay que buscarle las soluciones que sean necesarias para evitar que se detenga el proceso de transformación más importante adelantado por Cali en la última década. La opción a los problemas que enfrenta el Sistema no es sacar de circulación sus vehículos, sino hacer más eficiente el servicio y gestionar el apoyo económico que aún necesita para su funcionamiento.Si el próximo 29 de junio dejan de rodar por las calles 300 buses, como lo han anunciado tres de las cuatro empresas encargadas de la operación, se generará un traumatismo mayor al que hoy padece una ciudad que no da abasto para movilizar cada día a un millón de personas en su sistema público de transporte. A la vez se abrirá la compuerta para que se fortalezcan el paralelismo y el servicio ilegal, donde está una de las mayores talanqueras que impide el funcionamiento óptimo del MÍO.De hacerse efectivo el propósito de los operadores, el Transporte Masivo de Cali podría entrar en cuidados intensivos y su recuperación será aún más complicada. Por eso una vez más se debe llamar a las partes a la reflexión y el entendimiento para que encuentren salidas que le den continuidad a un servicio que está ligado al desarrollo urbano y social, indispensable para una ciudad capital como Cali. Y que a la vez atiendan las necesidades por las que reclaman los usuarios y se resuelvan los problemas que enfrentan quienes manejan el servicio.Desde que comenzó el proceso para hacer del MÍO una realidad para la capital vallecaucana los inconvenientes han sido múltiples, pero se han ido superando bajo el entendimiento de que dar reversa a tal esfuerzo no está entre las probabilidades. Dificultades como los retrasos que sufrieron algunas obras y troncales, así como los múltiples conflictos que han generado la salida y chatarrización de los antiguos buses han sido escollos para el Sistema Masivo. A ello se suma el impacto que genera el transporte ilegal, que encontró en las debilidades del servicio público, con falencias en cobertura y movilidad, el boquete para fortalecerse. Hay que reconocer los esfuerzos de las autoridades caleñas para hacer frente a los vehículos piratas y al paralelismo, pero las medidas no serán suficientes mientras el MÍO no sea tan eficiente como reclaman los ciudadanos.Tampoco se pueden negar las dificultades económicas de las empresas operadoras, que aún no encuentran el punto de equilibrio en el número de pasajeros que requieren transportar para alcanzar la estabilidad financiera. Son varios los salvavidas que se les han lanzado para que se sostengan en el propósito, como se hizo con el acuerdo firmado en diciembre del año anterior el cual les otorgó $42.000 millones de los que ya se les desembolsaron $38.000 millones. Ahora Metrocali, los operadores y el Municipio, deberán sentarse de nuevo para darle todas las oportunidades al MÍO. Ahí debería estar la Nación, no sólo para acompañar la búsqueda de soluciones, participar en la transformación que se hace indispensable, sino para que se comprometa en la entrega de los recursos y subsidios que requiere el Sistema de Transporte Masivo de Cali.

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