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Soluciones para el Cauca

(...) es la incesante acción de los soldados la que obliga a la guerrilla a salir de sus madrigueras y atacar con sevicia a los habitantes de El Palo, de Tacueyó o de cualquiera de la centena de municipios, veredas y corregimientos que componen el Cauca.

26 de febrero de 2012 Por:

(...) es la incesante acción de los soldados la que obliga a la guerrilla a salir de sus madrigueras y atacar con sevicia a los habitantes de El Palo, de Tacueyó o de cualquiera de la centena de municipios, veredas y corregimientos que componen el Cauca.

Tráfico de drogas ilícitas y de armas, y ataques terroristas para crear sensación de inseguridad mientras se pretende un diálogo sobre paz, es la estrategia que usan las Farc y tiene como uno de sus epicentros al departamento del Cauca. Frente a esa amenaza, la obligación del Estado es impedir que el terror siga reinando en la región y brindar oportunidades a los caucanos para que sean el progreso y el trabajo, y no el miedo, los hechos que hacen a su territorio el protagonista habitual de las noticias. Aunque la guerrilla ha aumentado sus ataques en los últimos tiempos, la situación del Cauca no es nueva. Y tampoco puede afirmarse que la respuesta de la Fuerza Pública ha sido desacertada, así algunos errores hayan podido evitarse. Lo que está claro es que las Farc han sentido en toda su magnitud la decisión de las autoridades de desmantelar una especie de ocupación tolerada por décadas y tratan de desviar la atención mediante la realización de ataques que tienen una gran resonancia al producir bajas entre las tropas o entre los civiles indefensos, o reviven los métodos del narcoterrorismo en poblaciones pacíficas y desprevenidas como Villa Rica, Miranda o Caloto.En esa guerra prolongada y al parecer sin un final cercano, algunos analistas ven una derrota del Ejército o por lo menos un fracaso de la estrategia de seguridad. Apreciación equivocada, si se tiene en cuenta que es la incesante acción de los soldados la que obliga a la guerrilla a salir de sus madrigueras y atacar con sevicia a los habitantes de El Palo, de Tacueyó o de cualquiera de la centena de municipios, veredas y corregimientos que componen el Cauca. Precisamente, y a diferencia de las selvas del Caquetá, el ser una región densamente poblada la convierte en refugio donde las autoridades tienen limitaciones para identificar a los criminales y combatirlos con rapidez. Con seguridad, en los comandos militares y el Gobierno existe conciencia sobre la necesidad de adecuar la estrategia para enfrentar los cambios operados en las Farc desde que las autoridades avanzan en forma difícil pero palpable contra la ilegalidad. Por eso hay que mantener el pulso firme, pese al terrorismo y a hechos infortunados como la muerte del mayor Dixon Castrillón, el cabo Luis Enrique Rojas y el soldado Mauricio Botero en El Palo, que llevaron al Alcalde de Caloto a reclamar el cese el fuego y el diálogo con las Farc.No obstante, sí es notoria la ausencia de una política que impulse el desarrollo social y económico de una de las regiones más golpeadas por la violencia que se alimenta del narcotráfico. Hoy, la enfermedad crónica que padece el Cauca es tratada con los mismos remedios de siempre, mientras el deterioro causado por la violencia larvada y el desánimo en la inversión siguen siendo la constante. Sin duda, en la ausencia secular del Estado que sólo aparece para combatir la violencia y en la falta de incentivos y recursos para impulsar el desarrollo económico está una de las razones más profundas para que la guerrilla se haya asentado en la región.

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