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Solidaridad con Nepal

"Nepal está necesitada del apoyo de todo el mundo. Su capacidad para atender las víctimas es casi inexistente, su sistema hospitalario ha colapsado, los alimentos escasean y el daño puede catalogarse como uno de los peores en la historia. Esas características demandan una respuesta mucho más significativa de la que hasta ahora ha llegado".

29 de abril de 2015 Por:

"Nepal está necesitada del apoyo de todo el mundo. Su capacidad para atender las víctimas es casi inexistente, su sistema hospitalario ha colapsado, los alimentos escasean y el daño puede catalogarse como uno de los peores en la historia. Esas características demandan una respuesta mucho más significativa de la que hasta ahora ha llegado".

Un terremoto de 7,8 en la escala de Richter, centenares de réplicas y la incertidumbre que conllevan los desastres naturales, se abatieron sobre Nepal para producir una tragedia humana de proporciones inimaginables. Con el paso del tiempo, el descubrimiento de su magnitud hace indispensable reclamar que el mundo se vuelque sobre el devastado país para ofrecer el socorro que necesitan sus habitantes y la reconstrucción que demandará la destrucción que se ha producido.Nepal es una de las paradojas de la historia universal, puesto que su cultura milenaria contrasta con la pobreza que allí se vive. Una bella región a los pies del Éverest, la cumbre del mundo, es epicentro de la cultura en la cual la meditación trascendental es gran protagonista. Sus ingresos son forjados en gran parte por el turismo que llega de Occidente en busca de esa espiritualidad, o para enfrentar la escalada del sistema montañoso más importante de la tierra.Hoy, ese país de veintiocho millones de habitantes padece una tragedia tan enorme como indescriptible. Gran parte de sus construcciones fueron destruidas por la ira de la naturaleza, mientas los albergues para los escaladores fueron barridos por las oleadas de nieve que bajaban de las montañas, producto de los continuos sismos. Y el número oficial de víctimas crece por minutos, superando hoy la cifra de cinco mil muertos y más de diez mil heridos.Lo cierto es que nadie se atreve a calcular las pérdidas materiales y de vidas humanas que dejan el terremoto y sus réplicas. Sobre todo, porque Nepal no tiene un sistema de socorro adecuado para atender el desastre que se le vino encima. Tampoco posee un sistema de comunicaciones y aeroportuario que permita cubrir con rapidez y eficiencia la emergencia. Y su organización pública, acorde con la pobreza que allí se vive, ha sido desbordada por los hechos que está padeciendo su nación.Es pues un drama descomunal que demanda la solidaridad mundial. Algo de ello se está produciendo, al empezar a llegar brigadas de rescate y salvamento desde India, China y Paquistán, países vecinos entre los cuales también se produjeron daños aunque no de la misma dimensión. Así mismo, ya se sabe que la Organización Mundial de la Salud, así como las Naciones Unidas, han logrado llevar ayudas que atiendan la tragedia que viven millones de personas aterrorizadas, sin vivienda y expuestas a un clima riguroso.Pero esas ayudas no parecen suficientes. Nepal está necesitada del apoyo de todo el mundo. Su capacidad para atender las víctimas es casi inexistente, su sistema hospitalario ha colapsado, los alimentos escasean y el daño puede catalogarse como uno de los peores en la historia. Esas características demandan una respuesta mucho más significativa de la que hasta ahora ha llegado.La respuesta debe abarcar también la reconstrucción de un país que ha padecido la destrucción de sus hitos culturales y la desaparición de la infraestructura necesaria para que la angustiada nación pueda superar esta tragedia. Hoy más que nunca se requiere la solidaridad del mundo con Nepal.

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