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Se vendió Isagén

"La gran polémica ha sido y seguirá siendo si era necesario y aconsejable vender una entidad que garantiza de manera efectiva el papel de las instituciones en un mercado que quedará casi en el 80% en manos privadas. Es decir, si debería superarse el objetivo para el cual fue creada Isagén, destinándolo a la financiación de la infraestructura".

14 de enero de 2016 Por:

"La gran polémica ha sido y seguirá siendo si era necesario y aconsejable vender una entidad que garantiza de manera efectiva el papel de las instituciones en un mercado que quedará casi en el 80% en manos privadas. Es decir, si debería superarse el objetivo para el cual fue creada Isagén, destinándolo a la financiación de la infraestructura".

Por encima de la polémica que durante una década desató la posibilidad de vender a Isagén, ayer fue negociado el 57,6% de sus acciones, que estaban en manos del Estado. En adelante se espera que el producto de la transacción sea utilizado con el juicio y la audacia necesarias para lograr el objetivo que fijó el Gobierno para realizar el remate.Creada en 1995, Isagén respondió a la experiencia del fenómeno del niño de principios de 1990 y la necesidad del Estado de garantizar la seguridad en la generación de energía, así como el futuro desarrollo de Colombia. Su trayectoria demuestra que sí es posible tener en el sector público los niveles de eficiencia y transparencia que requiere Colombia para alcanzar el éxito.Ante los buenos resultados de ese proceso, a principios del Siglo XXI el Gobierno decidió sacar a la venta por lo menos una parte de su propiedad, para satisfacer necesidades de inversión en otros campos de la actividad pública. Fue así como el Estado redujo su participación al 57, 6%, lo cual garantizaba el control sobre una entidad que producía un porcentaje importante de la energía del país. Pero, además, mantenía su mayoría en una empresa que cumple un papel preponderante en la regulación del mercado y en la construcción de los nuevos proyectos de generación que demanda una Nación en constante crecimiento.Esa porción es la que fue comprada ayer por una inversionista canadiense, especialista en el sector eléctrico. El precio pagado por la multinacional Brockfield, $6,6 billones, demuestra el valor que tiene Isagén como negocio en marcha. Desde esa perspectiva, el gobierno recibirá entonces una cifra de recursos que si bien ha sido discutida en algunos sectores, parece adecuada a las expectativas financieras y de rentabilidad de la empresa.La gran polémica ha sido y seguirá siendo si era necesario y aconsejable vender una entidad que garantiza de manera efectiva el papel de las instituciones en un mercado que quedará casi en el 80% en manos privadas. Es decir, si debería superarse el objetivo para el cual fue creada Isagén, destinándolo a la financiación de la infraestructura.Por supuesto, da tranquilidad saber que los recursos serán inyectados a la Financiera de Desarrollo Nacional, desde donde se financiará la construcción de las autopistas de cuarta generación en que está comprometido el gobierno del presidente Juan Manuel Santos. Es decir, y según el Mandatario, el Ministro de Hacienda y los defensores de la decisión, se trata de disponer de un activo en el sector eléctrico que ya no es indispensable, para asegurar otro activo necesario como lo es la infraestructura vial.Pero sigue quedando la duda sobre si era oportuno e indispensable vender Isagén, en momentos en los cuales está demostrada la necesidad de garantizar la inversión en generación como principio estratégico. Y si el hecho de entregar a privados el control de esa empresa no afectará el poder de intervención del Estado en un sector neurálgico para la Nación. En esas condiciones, el tiempo dirá si fue una decisión acertada.

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