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Reforma en vilo

Como no ha podido resolver los vacíos que deja el que más de la mitad de la población no aporte a la financiación del sistema, mientras la tutela se convierte en herramienta para obligar al tesoro público a pagar toda suerte de tratamientos sin consideración a las limitaciones presupuestales.

9 de mayo de 2013 Por:

Como no ha podido resolver los vacíos que deja el que más de la mitad de la población no aporte a la financiación del sistema, mientras la tutela se convierte en herramienta para obligar al tesoro público a pagar toda suerte de tratamientos sin consideración a las limitaciones presupuestales.

Como varias de las iniciativas que se han puesto a consideración del Congreso de la República en las últimas legislaturas, la anunciada reforma al sistema de salud atraviesa peligros que amenazan con hundirla. El que no sea tramitada sería uno de los peores fracasos de los últimos tiempos en la atención que el Estado debe ofrecer a los problemas que padecen los colombianos.Sin duda, el cubrimiento en materia de salud en Colombia se destaca en el concierto mundial por haber llegado al 98 % de la población. Pero eso no puede opacar el enorme riesgo de colapsar al cual está expuesto, debido a la crisis que presenta. Al país le ha quedado muy difícil conciliar el afán de lucro que permite la ley 100 de 1993 y la necesidad de prestar un servicio público que como la salud es catalogado parte del derecho fundamental a la vida. Como no ha podido resolver los vacíos que deja el que más de la mitad de la población no aporte a la financiación del sistema, mientras la tutela se convierte en herramienta para obligar al tesoro público a pagar toda suerte de tratamientos sin consideración a las limitaciones presupuestales. Hay pues un enorme desbalance, que hasta ahora se ha cubierto con recursos del presupuesto. Pero, pese a que la crisis lleva años, las soluciones no aparecen. Como resultado, la salud es el más grande dolor de cabeza de la Nación, en la medida en que su ruina puede ser incontenible si continúa por la senda que hoy transita. Aunque se han tomado medidas, estas parecen más un paliativo temporal que una solución definitiva, mientras las Empresas Prestadoras de Salud padecen el desprestigio y la improvisación parece guiar la actuación del Estado. Así se llegó al proyecto de reforma que fue presentado hace un mes por el Gobierno, como una fórmula para resolver la crisis que no da espera. Durante el tiempo transcurrido desde su presentación, la opinión pública, la academia y los legisladores han hecho aportes, críticas y debates al texto. Decenas de foros se han realizado, en los cuales se han escuchado preocupaciones sobre iniciativas como la creación de un fondo centralizado que se encargará de manejar los billonarios recursos. O como el papel que entrarán a desempeñar las EPS o los departamentos y municipios en la prestación del servicio. Sin embargo, la propuesta gubernamental que recibió mensaje de urgencia, parece atravesar malos momentos. Y además de una grabación según la cual el ministro Alejandro Gaviria reconocía que fue una propuesta nacida de la Junta Médica que “el Gobierno avaló de afán y por lo tanto hay que perfeccionarla”, por los pasillos del Congreso se escuchan las presiones para conseguir prebendas a cambio del trámite de una iniciativa crucial para la Nación.Es decir, la reforma a la Salud está en cuidados intensivos. A pocas semanas de terminar la legislatura, no arranca en firme el debate nacional que se esperaba para resolver uno de los grandes problemas del país. ¿Será mucho pedir que la iniciativa sea estudiada con la seriedad que demanda la atención a un problema que afecta a 43 millones de colombianos?

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