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Recortes y protesta

16 de octubre de 2010 Por:

la discusión de fondo se centra en si los recortes en el gasto público contribuyen a resolver los problemas...

El pasado 29 de septiembre la Unión Europea fue sacudida por una serie de huelgas en países como Francia, España, Grecia e Italia: el hilo conductor de esos movimientos fue la oposición de los trabajadores a las medidas de recorte en el gasto social anunciado por los gobiernos.Esta es una de las consecuencias de la pasada crisis financiera, cuyas tormentas aun no amainan en Europa. Con el sistema euro amenazado, la Unión Europea se ha inclinado por una serie de medidas de austeridad que golpean con dureza al sector de asalariados, tales como congelación de salarios, aumento de la edad para pensionarse y disminución del gasto público en áreas sensibles como cultura, educación y salud. Tales recortes han enfurecido a la ciudadanía, que vio cómo a los causantes de la crisis los gobiernos les tendieron la mano, adquiriendo por altos precios las instituciones financieras en bancarrota.Para los europeos, acostumbrados a importantes prestaciones sociales provenientes de la época de los ‘estados de bienestar’, los ajustes actuales implican un retroceso en la calidad de vida que muchos no están dispuestos a aceptar. Los franceses, en particular y, específicamente, el movimiento sindical francés, ha declarado que no tolerará que los gobiernos sufraguen los costos de la crisis echando mano de los ingresos de los trabajadores.Pero tampoco le quedan muchas opciones a los gobernantes, si nos atenemos a lo recién sucedido en el Reino Unido. Allá se han planteado la posibilidad de efectuar un recorte importante en el gasto militar, lo que de inmediato suscitó declaraciones en contra de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien ve en ella la perspectiva de una merma de la participación de Gran Bretaña en la guerra que se libra en Afganistán. Y además teme que el mal ejemplo cunda, con lo que a Estados Unidos le caería casi todo el peso del sostenimiento de la OTAN.Incluso países como Alemania, el verdadero motor económico de la UE, se ha visto obligado a anunciar un recorte de 80 mil millones euros en el presupuesto del próximo año, con lo que la canciller Angela Merkel descendió, de un 48% de favorabilidad en las encuestas, a un peligroso 30%. De hecho, en la actualidad enfrenta serios problemas políticos debidos a la renuncia intempestiva del Presidente del Gobierno Federal.Pese a los anuncios de reformas y a los avisos de las poderosas Confederaciones Sindicales de organizar huelgas generales, la discusión de fondo se centra en si los recortes en el gasto público contribuyen a resolver los problemas. O si es necesario el gasto del Gobierno y el mantenimiento del poder adquisitivo de la ciudadanía en momentos en que se vislumbran indicios de recuperación económica.Lo cierto es que Europa ha tardado más que Estados Unidos en lograr que su economía tome un nuevo impulso, y para algunos ello se debe a que el Gobierno estadounidense fue más cuidadoso en el recorte del gasto público, sobre todo en lo que compete al sector social de la economía. Así, huelgas y más recortes nublan el horizonte de Europa. ¿Soportará el euro la presión?

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