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Quiénes son las víctimas

Difícil de entender que la investidura oficial impida considerar víctimas a soldados y policías, como pretende uno de los funcionarios de la Universidad Nacional encargados de seleccionar los 60 delegados. Y que un senador de la República, Iván Cepeda, y una activista política, Piedad Córdoba, se arroguen el derecho a intervenir en la escogencia de esos representantes ante la mesa de La Habana.

30 de julio de 2014 Por:

Difícil de entender que la investidura oficial impida considerar víctimas a soldados y policías, como pretende uno de los funcionarios de la Universidad Nacional encargados de seleccionar los 60 delegados. Y que un senador de la República, Iván Cepeda, y una activista política, Piedad Córdoba, se arroguen el derecho a intervenir en la escogencia de esos representantes ante la mesa de La Habana.

Mientras avanzan las gestiones para definir las 60 personas que representarán a las víctimas del conflicto ante la mesa de negociación en La Habana, es común ver los esfuerzos de algunos por manipular esa representación y escuchar las protestas de quienes como los militares, policías y servidores públicos que padecieron innumerables vejámenes cuando fueron secuestrados por las Farc. Todo ello demanda claridad para evitar que el proceso de negociación deje dudas entre los colombianos. Difícil encontrar tan reducido número de personas para que representen a los millones de ciudadanos que padecieron y en muchos casos todavía sufren el yugo de la violencia y el terrorismo de las Farc. Son miles las familias que aún preguntan por secuestrados de la guerrilla que fueron desaparecidos hace muchos años, y por quienes se pagaron uno o varios rescates. Como son muchas las que perdieron sus patrimonios y debieron abandonar sus lugares de habitación. Y qué decir de aquellas a las cuales les arrebataron sus hijos menores de edad para llevarlos a la guerra o servir de objetos sexuales.También son víctimas los habitantes de Buenaventura que hoy deben padecer el apagón producido por la voladura de torres de energía. Y los del departamento de Putumayo, quienes sufren la contaminación de sus ríos y la voladura de oleoductos causadas por las Farc. Igual puede decirse de quienes en el Litoral Pacífico debieron entregar sus tierras para los cultivos ilícitos, y quienes padecen la extorsión que la guerrilla insiste en llamar ‘impuestos’.Las imágenes de los campos de concentración que el grupo armado ilegal montó en la selva son irrefutables. Ellas muestran el desprecio absoluto por su condición de seres humanos, que fueron tratados como animales por portar un uniforme. Fueron víctimas de prolongados secuestros, algunos por doce o más años, padeciendo el horror de largas caminatas, amarrados entre sí o a los árboles. Como son víctimas los congresistas que sufrieron las mismas torturas.Difícil de entender que la investidura oficial impida considerar víctimas a soldados y policías, como pretende uno de los funcionarios de la Universidad Nacional encargados de seleccionar los 60 delegados. Y que un senador de la República, Iván Cepeda, y una activista política, Piedad Córdoba, se arroguen el derecho a intervenir en la escogencia de esos representantes ante la mesa de La Habana. Ante la confusión que se está produciendo, es necesario precisar que si bien se enviará una delegación de víctimas, a quien deben responder las Farc es a la Nación. Si de verdad tienen intención de paz, es a todos aquellos a quienes han causado daño a los que deberán pedir perdón y ofrecer reparación, comprometiéndose a no repetir sus actuaciones. Y sin desconocer que el Estado debe hacerse cargo por los crímenes de quienes abusaron de sus prerrogativas como funcionarios y tiene la obligación de castigar cualquier forma de abuso contra los colombianos, debe quedar claro que en Cuba no se está negociando a partir de quién tiene más o menos responsabilidad, criterio que pretende imponer el jefe máximo de las Farc.

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