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Protagonista del año

"En medio de la multiplicidad de acontecimientos y personajes en el año que termina, la búsqueda de la paz puede considerarse el protagonista del año en Colombia. Aunque su proceso ha causado polémicas y divisiones, el esfuerzo empieza a mostrar los frutos de la intención del Gobierno por hacer de la negociación la herramienta para lograrlo".

18 de diciembre de 2016 Por:

"En medio de la multiplicidad de acontecimientos y personajes en el año que termina, la búsqueda de la paz puede considerarse el protagonista del año en Colombia. Aunque su proceso ha causado polémicas y divisiones, el esfuerzo empieza a mostrar los frutos de la intención del Gobierno por hacer de la negociación la herramienta para lograrlo".

En medio de la multiplicidad de acontecimientos y personajes en el año que termina, la búsqueda de la paz puede considerarse el protagonista del año en Colombia. Aunque su proceso ha causado polémicas y divisiones, el esfuerzo empieza a mostrar los frutos de la intención del Gobierno por hacer de la negociación la herramienta para lograrlo. Durante seis años, el eje de ese intento ha sido el diálogo con las Farc, el grupo guerrillero más prominente en la historia de nuestro país. Luego de años de negociación formal en La Habana, de acompañamientos internacionales y de un debate intenso, el Gobierno llegó a un acuerdo final, a mediados de agosto. Su contenido desató entonces una polémica que continúa afectando la posibilidad de unir a la sociedad alrededor de ese acuerdo. La finalización del proceso y su firma en Cartagena frente a invitados nacionales e internacionales llevó a la celebración de un plebiscito como mecanismo de refrendación acordado por las partes, el pasado dos de octubre. El sorpresivo resultado fue el triunfo del No, y la consecuencia inmediata fue la renegociación, con base en observaciones y recomendaciones que el Gobierno recogió entre los partidos y sectores que consideró representativos de esa oposición ganadora.Se pensó entonces en la posibilidad de crear un consenso de las fuerzas políticas y sociales alrededor del objetivo, la firma de un nuevo acuerdo. No fue posible, y el Gobierno decidió seguir adelante, acompañado por los integrantes de la Unidad Nacional, la coalición de Gobierno. Así logró un texto ajustado, el que fue refrendado por las mayorías de la Unidad Nacional en el Congreso y ahora se apresta a desarrollar mediante los instrumentos creados con el Acto Legislativo como la llamada Vía Rápida, el cual fue declarado ajustado a la ley por la Corte Constitucional. En resumen, y pese a la oposición y la polémica que ha ocasionado, puede decirse que el acuerdo final con las Farc es un hecho irreversible que demandará reformas legislativas y por sobre todo cambios de actitud para permitir la reintegración de los integrantes de las Farc a la sociedad. Un desafío nada fácil si se tiene en cuenta la polarización que se ha producido y las disidencias que están apareciendo en el grupo guerrillero. Ese esfuerzo por alcanzar el acuerdo llevó a que se le otorgara el premio Nobel de la paz al presidente Juan Manuel Santos, como reconocimiento por su compromiso con la negociación como instrumento y a la vez de respaldo al esfuerzo por terminar el conflicto de manera civilizada. Ahora, con la posibilidad cierta de acabar con el nombre que más violencia ha generado en la Nación, el reto es superar la división que ha surgido a raíz de algunos contenidos del acuerdo y de la manera en que fue aprobado y ratificado. En adelante, la clave entonces está en superar la polarización e involucrar a la sociedad en la aplicación de los puntos acordados entre el Gobierno y las Farc. De ello depende que esa búsqueda, que tuvo en el 2016 su momento cumbre, convierta en realidad la promesa que aparece en el Acuerdo: que sea “una paz estable y duradera”.

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