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Posesión en México

"¿Por qué esta falta de benevolencia para con el Presidente electo, contrariando la costumbre? La primera razón es su pertenecía al PRI, un partido que recuerda el largo período de la ‘dictadura democrática’, en el que el poder se rotaba entre ungidos de la misma colectividad, por una burocracia voraz que generó la mayor cultura de la corrupción en el México moderno".

30 de noviembre de 2012 Por:

"¿Por qué esta falta de benevolencia para con el Presidente electo, contrariando la costumbre? La primera razón es su pertenecía al PRI, un partido que recuerda el largo período de la ‘dictadura democrática’, en el que el poder se rotaba entre ungidos de la misma colectividad, por una burocracia voraz que generó la mayor cultura de la corrupción en el México moderno".

Mañana, Enrique Peña Nieto jurará como nuevo presidente constitucional de México. Pero no lo hará en medio de alborozo sino de prevención y protesta.El mismo día, antes de la ceremonia, los movimientos que conforman la centro izquierda mexicana, convocaron a una jornada de protesta como una forma de bienvenida al nuevo Presidente. Por su parte, los seguidores del PAN, el partido del presidente saliente Felipe Calderón, si bien acatarán el mandato constitucional, están listos a empezar la oposición.De acuerdo con el columnista Octavio Santiago, al recuperar el PRI el poder y con la posesión de Peña Nieto se inicia una administración que será muy vigilada. El nuevo Presidente no tendrá una “luna de miel” como Fox. Tendrá los ojos de las izquierdas, de las organizaciones simpatizantes de Amlo, de ‘Morenos’ y de toda la sociedad encima de su gobierno.Nadie sabe hasta hoy los alcances verdaderos de las reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal impulsada por Peña Nieto y que se votó en San Lázaro la semana pasada. Se sabrá si fue efectiva sólo cuando muestre resultados en beneficio de la sociedad. Las primeras decisiones del nuevo Mandatario serán muy vigiladas por todos y cuestionadas por muchos. Las primeras críticas vendrán cuando el Presidente dé a conocer a su gabinete y a sus colaboradores más cercanos.¿Por qué esta falta de benevolencia para con el Presidente electo, contrariando la costumbre? La primera razón es su pertenecía al PRI, un partido que recuerda el largo período de la ‘dictadura democrática’, en el que el poder se rotaba entre ungidos de la misma colectividad, por una burocracia voraz que generó la mayor cultura de la corrupción en el México moderno. Nadie está muy seguro de que este PRI actual sea en verdad un movimiento que se ha depurado y no se trate más bien de los viejos vicios con nueva envoltura.En segundo lugar está la falta de objetividad de los actuales jefes del PRI al valorar la labor del Presidente saliente. El PAN resiente que no se le reconozca el haber evitado que México hubiera caído en un abismo fiscal como el de Estados Unidos o en la disyuntiva de tener que aplicar programas de choque que minan, en estos momentos, la estabilidad social de varios países europeos y las expectativas de vida de millones de habitantes del Viejo Continente. Para el analista mexicano Eduardo Holguín, “en México aunque la economía crece en forma moderada, el déficit fiscal se encuentra en niveles manejables, las tasas de interés están en sus niveles históricos más bajos y el tipo de cambio se ha desempeñado en forma eficiente, como variable de ajuste frente a los embates del exterior”.Aún así, el logro más importante de Calderón fue que dio inicio en serio al combate contra la criminalidad y el narcotráfico, que se habían desbordado en el país. Pero los priístas sólo parecen notar errores de estrategia, que los hubo, y nada dicen de continuar con el combate iniciado por el PAN en el gobierno. Así las cosas, no habrá ‘luna de miel’, y Peña Nieto tendrá que demostrar, desde el primer día, que los mexicanos no se equivocaron.

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