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Por una sociedad segura

"Cuando se analiza el estado de la seguridad hay que registrar con optimismo los progresos de Cali y a la vez expresar preocupación por la situación en el Valle. Lo cual lleva a concluir que aún no se puede cantar victoria, ni reducir los esfuerzos".

8 de enero de 2016 Por:

"Cuando se analiza el estado de la seguridad hay que registrar con optimismo los progresos de Cali y a la vez expresar preocupación por la situación en el Valle. Lo cual lleva a concluir que aún no se puede cantar victoria, ni reducir los esfuerzos".

En materia de seguridad en Cali, el 2015 culminó entre la reducción en el número de delitos, en especial de homicidios, y la percepción de los caleños sobre el aumento de la inseguridad. Y en el Departamento del Valle, el narcotráfico sigue siendo el motor de confrontaciones entre bandas que terminan en pérdidas de vidas humanas. La capital vallecaucana continuó su tendencia descendente en el registro de hechos criminales. Bajar de 66 a 56 homicidios por cada 100 mil habitantes y reducir el número de delitos como los robos callejeros y a viviendas, las extorsiones o los hurtos de motos, indica que la acción de las autoridades está consiguiendo un gran progreso en el propósito de recuperar o de construir la seguridad.Por eso hay que reconocer la labor de la Policía Metropolitana para desarticular las organizaciones criminales, así como los resultados que arroja el aumento de los cuadrantes, cuyo número llegó a los 330. También hay que destacar el aumento de las cámaras de vigilancia, un progreso tecnológico que sin duda mejora la capacidad de reacción contra la delincuencia.De igual manera se debe resaltar el compromiso de la Administración Municipal por dotar a la Policía de recursos que ayuden a resolver uno de los problemas más graves y más antiguos de la sociedad caleña. Además, se deben reconocer el impulso en materia de educación para la convivencia y el énfasis que, a través del programa de los Territorios de Inclusión y Oportunidades, TIO, permitió una intervención que está arrojando resultados innegables en la ciudad.Frente a ese esfuerzo, de indiscutibles resultados positivos, está la opinión que se refleja en la encuesta Cali Cómo Vamos, en el aparte sobre percepción de seguridad. El que los encuestados expresen un incremento en la inseguridad es el reflejo de una situación que se había vuelto crónica en el acontecer ciudadano. Cómo devolverle la confianza a los caleños, y cómo lograr que denuncien los delitos y aumenten su colaboración con las autoridades, es una de las claves para construir la Cali segura que todos anhelamos.En la región, las cosas tienen otro cariz. Infortunadamente, durante las últimas tres décadas el Valle tiene un historial difícil, producido en su mayor parte por el narcotráfico. Ahora es el llamado microtráfico y las disputas de pequeñas bandas por ese negocio, y por el dominio territorial. Ese fenómeno, que revela también el aumento del consumo en la región y en Cali, es el gran causante de los homicidios ocasionados por vendettas y por las guerras territoriales de organizaciones basadas en la violencia que amenaza a la sociedad.Así, cuando se analiza el estado de la seguridad hay que registrar con optimismo los progresos de Cali y a la vez expresar preocupación por la situación en el Valle. Lo cual lleva a concluir que aún no se puede cantar victoria, ni reducir los esfuerzos. Recuperar la convivencia y la tranquilidad de los vallecaucanos debe ser el compromiso de las nuevas administraciones municipales y la departamental, así como el de los nuevos comandantes de la Policía y del Gobierno Nacional.

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