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¿Por qué contra México?

"México empieza a sufrir a Trump. América Latina debe saber que esa no será la excepción y que debe actuar como corresponde para afrontar lo que se viene".

9 de enero de 2017 Por:

"México empieza a sufrir a Trump. América Latina debe saber que esa no será la excepción y que debe actuar como corresponde para afrontar lo que se viene".

México empezó el año con remezones. A las altas tasas de violencia y una lucha contra el narcotráfico lejos de ganarse, se suman los conflictos sociales como el gasolinazo. Y de paso, la intención de Donald Trump de aplicarle el poder para doblegarlo.Las reacciones a la drástica subida del 20% en el precio del combustible, demuestran la debilidad y la falta de respaldo al gobierno de Enrique Peña Nieto. De nuevo, las dificultades de la administración para enfrentar la inconformidad demuestran lo lejos que están el Presidente y su partido de sus gobernados.Pero si algo amenaza a México es la llegada a la Casa Blanca de un hombre que se empeña en inculpar a sus vecinos de los males que padecen los Estados Unidos. Y la amenaza de medidas unilaterales que desconocen tratados internacionales impulsados por el gran imperio, así como de hacer pagar un muro que si se construye es un asunto interno y no de los mexicanos.Las salidas de Trump saltaron hace rato de la estrategia electoral a la realidad política. Nada más, el caso del muro va tan en serio que ante los impedimentos legales para construirlo que el magnate encontrará en el camino, ya tiene bajo la manga atajos para levantarlo. Se trata de la Ley de Cerco Seguro, que autoriza mecanismos de seguridad, entre ellos tecnología y barreras físicas como la que pretende. De hecho, los 1.125 kilómetros actuales son fruto de esa ley.Pero esa es apenas una parte de la decisión de Trump de emprenderla contra México. A costa de lo que sea, como lo indica su anuncio de renegociar el vigente Tratado de Libre Comercio para América del Norte. Así, con dos mensajes logró impedir que fábricas automotores suspendieran la inversión de US$2.500 millones en plantas, que demandarían mano de obra y ayudarían a enfrentar la crisis de confianza en la economía mexicana.Para el nuevo presidente no parece importar que ese acuerdo no le fue impuesto a los Estados Unidos y debe ser respetado. O que de ese acuerdo forme parte Canadá, donde también se han trasladado inversiones estadounidenses sin que la amenaza las toque.Así, México es la primera víctima de la sed de grandeza del nuevo inquilino de la Casa Blanca. Pero no será el único país de América Latina. Es casi seguro que detrás de los aztecas seguirán los países centroamericanos, e incluso Colombia, grandes exportadores de mano de obra ilegal, además de territorios en los cuales se mueve el narcotráfico.Ese es otro de los tantos padecimientos que afronta Peña Nieto. Aunque ese tipo de relación se dejó ver desde la infortunada cita de agosto del 2016 en la que el entonces candidato dejó claro cómo serían las relaciones entre ambas naciones, lo más parecido a una humillación pública.México empieza a sufrir a Trump. América Latina debe saber que esa no será la excepción y que debe actuar como corresponde para afrontar lo que se viene. Para ello debería servir la Organización de Estados Americanos. Lo que se avecina pinta tormentoso, y la región no puede sentarse a esperar el resurgimiento del garrote para dirigir las relaciones con el coloso del norte.

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