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Otro fracaso

25 de septiembre de 2010 Por:

aunque hay cifras que revelan una disminución de la pobreza extrema, otras, como la citada por el Presidente del Banco Mundial, señalan que por efectos de la crisis financiera hoy hay 60 millones más de pobres en el mundo

Terminó la Cumbre de la Organización de Naciones Unidas para evaluar el estado de cumplimiento de los llamados Objetivos del Milenio, previstos para el año 2015. Terminó con mucha pena y poca gloria.Como ya es usual en muchas de las tareas que se propone la ONU, los resultados distan bastante de las expectativas generadas. En este caso tan sólo se logró una declaración sin plan de acción, luego de que los voceros de los países desarrollados tomaran la palabra para prometer más solidaridad y los de los países pobres se manifestaran, sobre todo, para pedir que las promesas se conviertan en hechos, en ayudas reales.En los ocho objetivos del milenio, a saber: erradicación de la pobreza extrema y el hambre; lograr la enseñanza primaria universal; promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer; reducir la mortalidad infantil; mejorar la salud materna; combatir el VIH/Sida, el paludismo, la malaria y otras enfermedades; garantizar el sustento del medio ambiente; y fomentar una asociación mundial para el desarrollo, si bien mostraron algunos avances tímidos, en especial en el primero de ellos, también revelaron que distan mucho de ser cumplidos.De hecho, aunque hay cifras que revelan una disminución de la pobreza extrema, otras, como la citada por el Presidente del Banco Mundial, señalan que por efectos de la crisis financiera hoy hay 60 millones más de pobres en el mundo. Por lo tanto, de no avanzarse sustancialmente en cada uno de los ocho propósitos, es muy probable que en el inmediato futuro estos nuevos pobres caigan en situaciones de pobreza extrema, como comienza a suceder en varias regiones del mundo. Aún la Unión Europea presenta un delicado problema relacionado con el aumento de la pobreza en las naciones del Este.De allí que la presidenta de Action Aid, Joanna Kerr, calificara a la Cumbre como “una exhibición sin importancia” y vaticinara el fracaso de los propósitos del milenio “mientras los líderes sigan haciendo promesas vacías en tantos asuntos”. Para el español Jaime Atienza de la Intermon Oxfam, la Cumbre sólo se limitó a un examen de los “supuestos avances” y a la emisión de declaraciones sobre lo que falta, sin compromisos concretos.Pese a ello, algunos saludaron como positivo el lanzamiento de la Estrategia Global para la Salud de las Mujeres y los Niños, un plan dotado con US$40 mil millones y financiado por personajes como Carlos Slim, Bill Gates y las multinacionales LG y Pfizer. También apreciaron como un aporte la declaración del presidente Obama de reorientar la política estadounidense para el desarrollo, comprometiéndose a “combatir la pobreza”. Para Atienza “Estados Unidos nunca tuvo una política para combatir la pobreza”, por lo que el anuncio de Obama despierta expectativas.Pero no más, lo que es muy poco. En realidad la impresión que queda es que la ONU es cada vez más un organismo inútil, que no sirve ni para atajar las guerras ni para conquistar la paz, ni para promover el desarrollo. Es más un espacio mediático donde se puede decir cualquier cosa, que una organización eficaz para unir las naciones.

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