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Orden y oportunidades

Sin embargo, las necesidades de Buenaventura no se solucionarán con el Malecón. Se necesita abrir posibilidades para generar más empleo y bajar la cifra de 66% de desocupación laboral; que su población tenga acceso a la educación y que esta sea de calidad; mejorar los servicios públicos y adelantar las estrategias para combatir la violencia en el Municipio.

18 de mayo de 2013 Por:

Sin embargo, las necesidades de Buenaventura no se solucionarán con el Malecón. Se necesita abrir posibilidades para generar más empleo y bajar la cifra de 66% de desocupación laboral; que su población tenga acceso a la educación y que esta sea de calidad; mejorar los servicios públicos y adelantar las estrategias para combatir la violencia en el Municipio.

Para convertirse en una ciudad portuaria realmente importante, que compita en condiciones similares con las del resto de Suramérica sobre el Océano Pacífico y reciba los beneficios que ella y su población se merecen, Buenaventura necesita orden. La construcción del Malecón es un primer paso, significativo sin duda, pero que será insuficiente si no se impulsa el desarrollo social y económico que en verdad requiere.El proyecto del Malecón Bahía de la Cruz, cuya primera etapa debe iniciarse en agosto próximo, es una obra de envergadura, que intervendrá 18 hectáreas y espera convertir a Buenaventura en un lugar atractivo para el turismo. Su inversión demanda $160.000 millones, de los cuales están asegurados $27.000 millones que aportarán la Nación, el Departamento y el Municipio. Además de amplias zonas peatonales, incluirá plazas artesanales, auditorios, acuario con especies del Pacífico, concha acústica, espacios comerciales y un palacio de exposiciones. Se hará una marina moderna, en la que se espera recibir al turismo nacional e internacional y servirá para promocionar los atractivos naturales de la región.Es el principio de la renovación urbana que requiere la ciudad y no debería generar los temores que han manifestado algunos por los cambios que acarreará. Más que desplazar, por ejemplo, al comercio informal y las ventas ambulantes, lo que se busca es organizarlos en espacios más cómodos para ellos y la gente. Si bien el proyecto implica intervenir antiguos barrios como el San José, es la oportunidad de reubicar a 3.200 familias en programas de vivienda digna. Un compromiso por el que debe responder el Municipio.Las bondades del Malecón son evidentes y necesita del apoyo del Estado, del sector privado, de los bonaverenses y vallecaucanos para que sea una realidad. Para que no se quedé a medio camino como tantas propuestas para la ciudad más importante de Colombia sobre el Pacífico, el puerto por donde se mueve el 60 % del comercio internacional de nuestro país. Sin embargo, las necesidades de Buenaventura no se solucionarán con el Malecón. Se necesita abrir posibilidades para generar más empleo y bajar la cifra de 66% de desocupación laboral; que su población tenga acceso a la educación y que esta sea de calidad; mejorar los servicios públicos y adelantar las estrategias para combatir la violencia en el Municipio. En esas urgencias deberían concentrarse los mayores recursos económicos y las políticas de desarrollo del Municipio.Pretender que sólo con el malecón la ciudad cambie como lo hizo Guayaquil, es una ilusión. No es difícil comprender la capacidad de recursos y dinero que ha tenido la urbe ecuatoriana, que aprovechó el mar no sólo como puerto sino para desarrollar industrias como la pesquera. Lo que hizo Guayaquil fue darle un orden a la ciudad a partir del malecón.Orden que sin duda necesita Buenaventura, pero que no será suficiente si el Estado no entiende las oportunidades que la ciudad ofrece si se sabe aprovechar su ubicación sobre el Pacífico. Es la diferencia entre pensar en el desarrollo equilibrado de toda la Nación y persistir en el centralismo que asfixia y genera inequidad.

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