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Oportunidad para el centro

10 de octubre de 2010 Por:

"Hoy duele ver el deterioro al que llegó la que fuera la zona más importante de la capital vallecaucana..."

Con la demolición de 66 predios ubicados en dos manzanas que implican más de 17 mil metros cuadrados, empieza lo que la Administración Municipal bautizó la Ciudad Paraíso. Es el primer paso para recuperar el centro de Cali y destinarlo a lo que debe ser en cualquier ciudad: el epicentro del progreso y el símbolo de la pujanza de una comunidad que quiere hacer una mejor ciudad.Hoy duele ver el deterioro al que llegó la que fuera la zona más importante de la capital vallecaucana, ante la falta de una planificación que respondiera a las tendencias naturales de una ciudad en expansión. Por esa ausencia, el sector público dejó de percibir los ingresos que genera la actividad económica y el dinamismo de los negocios inmobiliarios impulsados por la demanda. Y en 20 años entregó a la informalidad los sectores de la ciudad que, aunque sea paradójico, gozan de posibilidades de acceso como el Sistema de Transporte Masivo y de los mejores servicios públicos de Colombia. Y frente a ello, el inversionista privado abandonó también el sector, buscando en la expansión hacia otros puntos de la ciudad las posibilidades de desarrollo que se marchitaron en el centro. Lentamente, y con algunas pocas excepciones, la zona fue desocupada por sus tradicionales habitantes y huéspedes, siendo reemplazados por la informalidad y el deterioro generado por la invasión del espacio público, el inquilinato y la ilegalidad. Así se frustró la renovación que debía producirse con la demolición de la antigua galería central, la cual fue reemplazada por el Palacio de Justicia. Parecía que el abandono de la iniciativa privada y la desidia del Gobierno habían condenado al centro a convertirse en un mal necesario, invadido por el caos y la inseguridad. A raíz del atentado contra la sede judicial más importante del suroccidente colombiano surgió la propuesta de invertir en la zona, y de usar la construcción del complejo de la Fiscalía como pretexto para producir la transformación. Eso es lo que está pasando ahora con la iniciativa de la Administración local, donde a la vez que la demolición se contemplan soluciones sociales para las familias que allí residen.Queda por definir el Acuerdo del Consejo que establezca los incentivos en materia de impuestos y contribuciones para las empresas y personas que vuelvan a invertir en el centro. Con ello se podrá impulsar la vivienda, reestructurar la actividad económica y recuperar el espacio público para que las calles del sector dejen de ser sede de actividades ilegales y devolverlas a los ciudadanos. Y para que sean rescatadas las centenares de edificaciones que allí existen aún, reflejo de la historia que los caleños han construido en más de 400 años.Ya Comfandi dio un paso para preservar y utilizar el Hotel Aristi, con lo cual se conservará un hito de la ciudad. Y muchos comerciantes organizados mantienen con tesón admirable sus negocios pese a las condiciones adversas que genera el abandono. Ahora, el Municipio impulsa el renacimiento del centro y los caleños no pueden dejarlo solo ni desaprovechar esa oportunidad. El centro es Cali y hay que rescatarlo.

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