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Obama en Centroamerica

En la agenda pública, Obama se mostró complacido con el gobierno de Peña Nieto y aceptó que las nuevas relaciones entre México y Estados Unidos debían enrutarse por una relación multilateral, en la que los temas relacionados con el comercio y el desarrollo económico serían prioritarias. Pero, según medios como la BBC, en la agenda privada Obama enfatizó que lo que realmente le preocupa a Estados Unidos son los asuntos de seguridad, tanto en el combate al narcotráfico, como en el control de la inmigración ilegal hacia los Estados Unidos.

14 de mayo de 2013 Por:

En la agenda pública, Obama se mostró complacido con el gobierno de Peña Nieto y aceptó que las nuevas relaciones entre México y Estados Unidos debían enrutarse por una relación multilateral, en la que los temas relacionados con el comercio y el desarrollo económico serían prioritarias. Pero, según medios como la BBC, en la agenda privada Obama enfatizó que lo que realmente le preocupa a Estados Unidos son los asuntos de seguridad, tanto en el combate al narcotráfico, como en el control de la inmigración ilegal hacia los Estados Unidos.

En tránsito a la cumbre centroamericana, el Presidente Obama se detuvo un día en México para tratar asuntos de interés con el Presidente Peña Nieto. O mejor, para dejar en claro cuáles son los temas a los que Estados Unidos les otorga prioridad. Pero esto, que es la razón del viaje, se mantuvo a nivel de reuniones privadas y no trascendió a los medios.Obama no puede improvisar ni salirse de un libreto cuidadosamente planeado. Por eso sus declaraciones públicas tienen un tono diplomático y buscan tranquilizar a los ciudadanos de los países a los que acude. Eso es lo que acaba de suceder en México, a donde, según diversos analistas, llegó con dos agendas, una para plantear ante los medios, y otra para consumo del alto gobierno mexicano.En la agenda pública, Obama se mostró complacido con el gobierno de Peña Nieto y aceptó que las nuevas relaciones entre México y Estados Unidos debían enrutarse por una relación multilateral, en la que los temas relacionados con el comercio y el desarrollo económico serían prioritarias. Pero, según medios como la BBC, en la agenda privada Obama enfatizó que lo que realmente le preocupa a Estados Unidos son los asuntos de seguridad, tanto en el combate al narcotráfico, como en el control de la inmigración ilegal hacia los Estados Unidos.En realidad estas diferencias de apreciación ya se hicieron públicas, cuando Peña Nieto publicó un artículo con su firma en el Washington Post, reiterando los lazos que conectan el futuro de ambas naciones pero resaltó como error “limitar nuestra relación bilateral a preocupaciones de drogas y seguridad”. Escribió que quiere “reajustar” las prioridades comunes entre él y el presidente Obama y, en ese sentido, propuso concentrarse en maneras de impulsar las economía y el comercio y crear nuevas sociedades con avances tecnológicos e inversión en el campo energético.Este tipo de posturas ha causado preocupación en Estados Unidos, pues presienten que el nuevo Presidente no será tan enérgico en el combate al crimen organizado como su predecesor, algo que también ha comenzado a causar controversia en México. Pero los priistas desestiman las críticas y señalan que las relaciones “volvieron a la normalidad” pues siempre estuvieron centradas en el comercio y el desarrollo. Centrarlas en las drogas y la seguridad fue una “aberración histórica”.Todo esto es el preámbulo a la reunión en Costa Rica, donde la temas de la agenda son los mismos que han preocupado a la región durante la última década: seguridad, emigración, comercio y tráfico drogas. Todos son asuntos que afectan a Panamá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Desde los años '80 no se veían tales índices de violencia en América Central. Y por allí pasa el 90% de la droga que llega al mercado estadounidense.Pero Obama tampoco habló de esto en la Cumbre, donde repitió la idea mexicana de “desnarcotizar” las relaciones. O sí lo planteó, pero en privado, lo que no podemos saber. Por ahora, la gira centroamericana de Obama deja una sensación de retórica y confusión, si la evaluamos por las declaraciones públicas.

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