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"A cambio de esa sobriedad que garantiza el sigilo sobre la negociación, las Farc volvieron a hacer uso de los micrófonos para plantear asuntos que no han sido tratados en la mesa. Con ello le hacen un discutible aporte a la credibilidad del proceso, aumentando la confusión sobre el rumbo que llevan los diálogos".

13 de febrero de 2015 Por:

"A cambio de esa sobriedad que garantiza el sigilo sobre la negociación, las Farc volvieron a hacer uso de los micrófonos para plantear asuntos que no han sido tratados en la mesa. Con ello le hacen un discutible aporte a la credibilidad del proceso, aumentando la confusión sobre el rumbo que llevan los diálogos".

Sesenta años después de iniciar sus actividades, las Farc acaban de declarar su intención de detener el reclutamiento de menores de 17 años. Es el resultado a resaltar de la ronda 32 de los diálogos de La Habana, en la cual se debería negociar sobre la respuesta a las víctimas y sobre la desmovilización de la cual se habla en una mesa paralela donde están los miembros de la Fuerza Pública.Luego de negar que “hayan reclutado forzosamente a menores ni a ningún combatiente", el vocero de turno del movimiento armado ilegal acusó a la Fuerza Pública de realizar batidas para recoger jóvenes en los sectores populares e incorporarlos a los cuerpos armados. Y a pesar de que sus cabecillas mantenían la orden de reclutar a menores de 15 años en adelante, de nuevo le adjudican esa práctica, condenada por la legislación internacional, a las autoridades legítimas. Todo lo cual confirma la manera descarada como las Farc usan los diálogos para generar la desinformación que desvía lo que ocurre en los diálogos y les permite eludir las responsabilidades por sus actos.Tanto el Gobierno Nacional, desde el presidente Juan Manuel Santos hasta su Ministro de Defensa, como el Procurador General de la Nación, reconocieron la importancia del anuncio. Aunque en todos los casos reclamaron que la guerrilla desvincule a los menores que aún integran su organización, en todos los casos se reconoció como un paso positivo en el desescalamiento del conflicto. Y el jefe de la delegación oficial en los diálogos demandó que se retiraran incluso quienes no hayan cumplido los 18 años.Y en forma paralela se conoció un informe del Ministerio de Defensa sobre el reclutamiento de niños, que debería estremecer a sus autores y a toda la sociedad: entre el 2002 y el 2014 se han recuperado 4.067 menores de edad, 1.187 de los cuales están entre los 9 y los 15 años. Lo cual indica la forma en que los niños son enseñados a empuñar un arma, a hacer la guerra y a causar daño desde muy temprana edad. Cuántas generaciones han crecido así, lo demuestran muchos de los que hoy encabezan las guerrillas, quienes poco o nada conocen de un mundo en el cual la democracia permite la diferencia y la tolerancia.De otro lado, mientras se conocía el informe de los intelectuales designados por las partes sobre el conflicto, pocos detalles reveló el doctor Humberto de la Calle sobre los avances logrados en la ronda que culminó ayer. Es la línea de prudencia que le da la seriedad que requieren los diálogos para construir confianza en una Nación golpeada por 60 años de violencia inútil.A cambio de esa sobriedad que garantiza el sigilo sobre la negociación, las Farc volvieron a hacer uso de los micrófonos para plantear asuntos que no han sido tratados en la mesa. Con ello le hacen un discutible aporte a la credibilidad del proceso, aumentando la confusión sobre el rumbo que llevan los diálogos. Ojalá entendieran que su silencio sería un gran aporte para devolverle la confianza a una iniciativa que puede significar su reintegración plena a la sociedad si los colombianos la respaldan.

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