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No es un imposible

26 de junio de 2010 Por:

Cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, propuestos para el 2015, significa más que alcanzar unas metas propuestas. Es un ejercicio de eficiencia en la gestión pública, de solidaridad y de compromiso con la vida. El propósito es que la gente tenga acceso a la educación, a servicios públicos eficientes, esté bien alimentada, sea sana y viva en un mundo respetuoso de sus riquezas naturales. Es la lucha contra la pobreza y por unas condiciones de vida más dignas. Un camino que la humanidad está recorriendo a un paso lento pero que permite mantener la esperanza en que ese planeta casi ideal esté al alcance en cinco años.El informe sobre cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2010, presentado por la Organización de Naciones Unidades, deja claro que son los países menos desarrollados los que están haciendo los mayores esfuerzos y han obtenido, en general, buenos resultados. Y también cómo las naciones que son potencia, contadas excepciones, han incumplido sus compromisos de ayudas y donativos a las regiones con mayores necesidades. Es la indiferencia que ha llevado a tener continentes donde se pasea campante la muerte y la miseria por pura indolencia.El efecto de la crisis económica mundial del 2008 y 2009 se convirtió en talanquera para avanzar más en los Objetivos. En regiones como América Latina significó crecer al 8% los índices de pobreza extrema, un punto más con respecto al 2007. Pero la meta de reducir a la mitad el número de personas que viven con menos de U$1,25 al día, no es imposible para la región. Los niveles de pobreza extrema estaban en 11% en 1990 y deben llegar al 6% dentro de cinco años. La pregunta es si se reducirá a menos de mil millones el número de pobres del mundo en el 2015.El Informe reconoce los avances en acceso a la educación, igualdad de géneros, disminución de la mortalidad infantil y prevención de enfermedades como el VIH. De nuevo, los mayores logros son de las naciones en desarrollo y de regiones como África y América Latina que ya está a menos de un punto de alcanzar varias de las metas. Pero hay preocupaciones, como el aumento en el número de embarazos entre adolescentes que en nuestro continente es de 74 por cada mil personas. Así como en la brecha en el acceso a servicios públicos y sanidad ambiental entre las zonas rurales y las urbanas. Un reto que parece insalvable es el de conservar los recursos naturales. El jalón de orejas mayor es para América Latina, incluida Colombia, donde en una década se deforestaron cuatro millones de hectáreas. Además del daño que se les causa al ecosistema y a la biodiversidad, el Continente debería lamentarse por no aprovechar la oportunidad de proteger sus recursos y convertirse en la potencia medioambiental del mundo. Han pasado 10 años desde que se firmó la Declaración en la que se fijaron los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, una hoja de ruta para tener un mundo sin miseria, en condiciones de igualdad y sostenible. O como dice Ban Ki-Moon, secretario General de la ONU, “alcanzar los objetivos nos situaría en dirección a un mundo más estable, más justo y más seguro”.

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