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Maniobras dictatoriales

Como era de esperar, el referendo no ha tenido eco, pues la oposición manifiesta que el régimen de Bashar al Asad no ha tenido ningún inconveniente en violar las garantías que ofrece la Constitución vigente, por lo que ninguna reforma a la Carta fundamental resolverá la profunda división de la sociedad siria.

27 de febrero de 2012 Por:

Como era de esperar, el referendo no ha tenido eco, pues la oposición manifiesta que el régimen de Bashar al Asad no ha tenido ningún inconveniente en violar las garantías que ofrece la Constitución vigente, por lo que ninguna reforma a la Carta fundamental resolverá la profunda división de la sociedad siria.

En una maniobra desesperada por conseguir la legitimidad que le arrebató su sangrienta represión contra la inconformidad, el régimen sirio programó un referendo en el que la población decidiría sobre la claúsula constitucional según la cual el gobernante Partido Baath es el “líder de la Nación y la sociedad”.Sin embargo, antes que una demostración de cambio, este es un referendo en medio del terror, de la ofensiva sin tregua contra la población civil, de la matanza indiscriminada. En las últimas semanas 80 personas amanecen asesinadas a diario en las calles de las ciudades sirias, con énfasis en Homs, bastión de la oposición.Como era de esperar, el referendo no ha tenido eco, pues la oposición manifiesta que el régimen de Bashar al Asad no ha tenido ningún inconveniente en violar las garantías que ofrece la Constitución vigente, por lo que ninguna reforma a la Carta fundamental resolverá la profunda división de la sociedad siria. La constitución ha sido rechazada de plano, puesto que el régimen nunca ha respetado el actual documento que consagra la libertad de expresión y las manifestaciones pacíficas, además de prohibir la tortura. Encabezando el rechazo internacional Estados Unidos calificó el referendo como “ridículo” y su secretaria de Estado, Hillary Clinton, llamó al pueblo sirio a levantarse contra la dictadura de al Assad. Al mismo tiempo volvió a alertar que la intervención extranjera sólo aceleraría una guerra civil. Sostuvo que una operación similar a la de Libia no era posible, porque a diferencia de las fuerzas que combatieron a Gadafi, en Libia la oposición no controla el territorio.Y en realidad este es parte del problema pues la oposición política siria está conformada por líderes exiliados, grupos clandestinos en el interior del país, izquierdistas, secularistas, islamistas y nacionalistas, que tienen poco en común unos con otros, y que suman poco apoyo en las capas medias, parte de las cuales respaldan al Partido Baath.En la compleja realidad de Siria hay que sumar el apoyo de Rusia e Irán defendiendo una vieja relación de negocios el primer país y apoyando una lucha sectaria contra Israel el segundo. Por último, y no menos importante, está el que el presidente al Assad colocó a la oposición entre la espada y la pared, por lo que no queda salida diferente a la de su retiro del Gobierno. Nadie que esté en contra del régimen aceptará una salida negociada que permita la permanencia de al Assad luego de millares de muertos y cientos de vejaciones contra la población civil.Visto desde esta perspectiva, la maniobra del referendo es una opción desesperada de la dictadura tratando de hacer amainar la tormenta que se avecina. Pues independientemente de que la oposición controle o no territorios, el régimen sirio ha perdido el respeto y la consideración de la comunidad internacional, por lo que en el futuro no se descarta una intervención al estilo de Libia.La maniobra del referendo, suceda lo que suceda, no servirá para limpiar la cara de un régimen que está cercano a su final.

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