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Los suelos y su importancia

El primer reto será ejercer la autoridad con la firmeza que se requiere para detener el uso indebido de los suelos y el abuso al que son sometidos. También para castigar a quienes socavan sin consideración la tierra, dragan y contaminan los ríos o acaban con los bosques para extender sus dominios o lucrarse con sus recursos. Y lo más importante, enseñar a los colombianos la importancia de conservar la tierra y las consecuencias de abusar de ella.

17 de noviembre de 2017 Por: Editorial .

La diversidad de suelos de Colombia lo hace un país privilegiado en recursos naturales. Pero su acelerado deterioro pone en peligro el equilibrio de los ecosistemas, incrementa el riesgo de desastres naturales y afecta actividades que son el sustento de muchos colombianos.

Los informes sobre la degradación de los suelos nacionales son preocupantes. Según el Ideam hay 45,4 millones de hectáreas, equivalentes al 40% del territorio patrio, con algún grado de erosión, de ellos 3,4 millones están en niveles graves o muy graves. Además, al año se pierden 300 millones de toneladas de sedimentos de los ríos así como hasta 10 toneladas de base de tierra por hectárea.

Ese daño, acelerado en los años recientes, tiene su origen en el mal uso de la tierra, la sobreexplotación o las prácticas insostenibles de producción. También inciden el cambio climático, la deforestación que ha aumentado en el país, así como los incendios forestales que arrasan con la capa externa de los suelos. Cómo detener el daño y recuperar lo que se ha perdido son inquietudes que se debatieron en el Tercer Encuentro Nacional por los Suelos de Colombia que concluyó ayer en Cali.

El concepto de suelo abarca más que la capa superior de tierra en la que se asienta el país. Hace parte de un todo que está compuesto además por las fuentes de agua, el aire, los paisajes, la biodiversidad, en resumen por el entorno en el que viven o producen los colombianos. Es por eso que las soluciones tienen que ser integrales e involucrar tanto a las entidades del Estado como a la sociedad que es en buena parte responsable del deterioro y a la vez sufre sus consecuencias.

Según el Viceministro de Medio Ambiente con la Política Nacional para la Gestión Sostenible del Suelo presentada en Cali se quiere lograr la compaginación entre las instancias públicas y privadas, establecer la hoja de ruta para la recuperación y manejar bajo un contexto integral que involucre “la conservación de la biodiversidad, el ordenamiento del territorio y la gestión de riesgo, contribuyendo al desarrollo sostenible y al bienestar de los colombianos”. Las buenas intenciones ya están plasmadas, ahora hay que esperar a que se hagan realidad.

El primer reto será ejercer la autoridad con la firmeza que se requiere para detener el uso indebido de los suelos y el abuso al que son sometidos. También para castigar a quienes socavan sin consideración la tierra, dragan y contaminan los ríos o acaban con los bosques para extender sus dominios o lucrarse con sus recursos. Y lo más importante, enseñar a los colombianos la importancia de conservar la tierra y las consecuencias de abusar de ella.

Sobre todo, hay que hacer comprender que el daño de los suelos no sólo afecta los recursos naturales o aumenta las probabilidades de que se presenten desastres. También se ponen en riesgo la productividad del campo y la seguridad alimentaria, sobre todo para la población con mayores necesidades. Por esas consecuencias ambientales, económicas y sociales es que hay la urgencia de recuperar y estabilizar los suelos nacionales.

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