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Los sobrecostos del Canal

"Sacyr es la firma española que lidera el consorcio de la ampliación del Canal de Panamá y que ha visto caer sus acciones. Se trata de la conocida maniobra, acostumbrada en Colombia, de ganar una licitación con propuestas baratas para después cobrar sobrecostos por el menor inconveniente. Pero el Estado panameño ha rechazado con dignidad las absurdas pretensiones de los contratistas".

7 de enero de 2014 Por:

"Sacyr es la firma española que lidera el consorcio de la ampliación del Canal de Panamá y que ha visto caer sus acciones. Se trata de la conocida maniobra, acostumbrada en Colombia, de ganar una licitación con propuestas baratas para después cobrar sobrecostos por el menor inconveniente. Pero el Estado panameño ha rechazado con dignidad las absurdas pretensiones de los contratistas".

Desde el año 2000, cuando Panamá se hizo cargo de la operación del Canal que la atraviesa, este país ha tenido un flujo ininterrumpido de recursos que superan los 2 mil millones de dólares anuales.Buena parte del dinamismo económico de la Nación se explica por ese ingreso, al que el presidente Ricardo Martinelli llama “nuestro petróleo”. Y que justifica el crecimiento de la economía panameña en un ritmo sostenido que supera el 6% del PIB, hasta alcanzar el 8,5% en el 2013. Es la razón del “milagro panameño” y también la causa de que haya decidido realizar una de las mayores obras de infraestructura del Siglo XXI al contratar la ampliación de las esclusas del canal para permitir el paso de buques capaces de cargar 13 mil contenedores.El inicio de la obra en el 2007 disparó las expectativas mundiales, atrayendo millonarias inversiones, a lo que se sumó un ambicioso programa de modernización de la infraestructura por US$20 mil millones, que incluye Metro en ciudad de Panamá, nuevos aeropuertos, acueductos, alcantarillados y autopistas de última generación. De acuerdo con analistas internacionales, Panamá se ha convertido en “el tigre de América Latina”, al mantener un crecimiento similar al de Singapur y Corea del Sur entre las décadas de 1960 y 1990.De allí que haya causado conmoción el anuncio abrupto del consorcio encargado de la ampliación del Canal de suspender las obras, si el Estado panameño no paga unos sobrecostos que estiman en cerca de un 50% del valor total del contrato, que alcanza los 5.200 millones de dólares. El presidente Martinelli reaccionó con molestia y aseguró que los contratistas han recibido cumplidamente todos los pagos previstos, y que cualquier reclamación debe hacerse en el marco de los términos y condiciones establecidas en el contrato.Lo cierto es que había dudas. El experto S. Mac Coy había escrito que “Sacyr ha ido a reventar la subasta, acción de la que a corto plazo se derivan para ella beneficios elocuentes en términos de credibilidad, diversificación geográfica y mejora de la cartera de obra en un momento en el que el futuro de la firma estaba en tela de juicio. Sin embargo, se trataba de una apuesta de riesgo al moverse en unos límites de rentabilidad excesivamente estrechos, fruto de la necesidad, y, por ende, vulnerables ante el menor imprevisto”. Sacyr es la firma española que lidera el consorcio y que ha visto caer sus acciones. Se trata de la conocida maniobra, acostumbrada en Colombia, de ganar una licitación con propuestas baratas para después cobrar sobrecostos por el menor inconveniente. Pero el Estado panameño ha rechazado con dignidad las absurdas pretensiones de los contratistas.El asunto llegó hasta el gobierno español y al parecer ha terminado en el acuerdo de que cualquier petición se tramitará de acuerdo con las condiciones del contrato, garantizando que la obra sea entregada en el 2015, como estaba previsto. Por el momento el pueblo panameño respira con alivio, pero es de preverse que habrá más problemas si, como todo indica, la obra se licitó por lo bajo para reclamar después.

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