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Los puentes por la paz

"Es desde el compromiso personal, el trabajo en la cuadra o los proyectos que nacen en el barrio como se levantan los cimientos de los puentes que los ciudadanos deben construir para lograr la reconciliación y la convivencia. Ningún esfuerzo será en vano en la búsqueda de una Cali que rechace y erradique la violencia, que celebre la vida en lugar de llorar por el dolor que le causan sus múltiples problemas".

11 de diciembre de 2014 Por:

"Es desde el compromiso personal, el trabajo en la cuadra o los proyectos que nacen en el barrio como se levantan los cimientos de los puentes que los ciudadanos deben construir para lograr la reconciliación y la convivencia. Ningún esfuerzo será en vano en la búsqueda de una Cali que rechace y erradique la violencia, que celebre la vida en lugar de llorar por el dolor que le causan sus múltiples problemas".

Coincidiendo con el reinicio de los diálogos entre el Gobierno y las Farc en La Habana se realizó ayer la jornada ‘Ciudadanos construyendo puentes por la Paz’. Una convocatoria de la Arquidiócesis de Cali como parte de la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos, que busca elaborar desde las comunidades la agenda para la convivencia y la reconciliación que necesita Colombia.De nuevo es un intento para que los colombianos, y en este caso los caleños, sean partícipes directos de una transformación social donde el respeto por la vida sea el eje permanente, junto a la posibilidad de brindar mejores oportunidades, una existencia en condiciones dignas y en la cual las normas para convivir de manera tranquila y armónica se cumplan. La propuesta es convertir el 2015 en el año de la paz ciudadana así como a Cali en el epicentro para impulsar las acciones.Que esa Agenda Ciudadana por la Paz no sea otro canto más a la bandera, con promesas retóricas, es el reto que tienen los caleños y quienes trabajan para construir un país mejor, donde el bienestar y la seguridad de todos sean capitales humanos que no se tranzan. La propuesta tiene tres ejes como base central: elaborar un plan de paz para Cali a partir de las propuestas de sus habitantes, comprometerse con la salida política y negociada del conflicto armado y solidarizarse con el Pacífico colombiano, abandonado y en el olvido.Son todas necesidades inaplazables, deseos que avanzan a medias y empeños que no se pueden quedar durmiendo el sueño de los justos. Por difícil que sea cumplir con esa agenda se debe reconocer, como dicen los organizadores, que es una iniciativa “que tiene vocación de pueblo organizado y tiene ansias de dignidad y respeto, aspectos de la vida que escasean en medio de la indolencia y la violencia que campea por aquí”.Tampoco son propuestas nuevas. En Cali son múltiples los esfuerzos individuales o comunitarios que se hacen para construir esa ciudad, esa región y ese país pacíficos, de oportunidades, en los que la tolerancia sea un valor de verdad al igual que el respeto por la vida. Ahora el paso siguiente, es reunir todas las ideas, apoyarlas, concretarlas y aprovecharlas para conseguir el objetivo de tener una sociedad que se encamine hacia un futuro en paz.Es desde el compromiso personal, el trabajo en la cuadra o los proyectos que nacen en el barrio como se levantan los cimientos de los puentes que los ciudadanos deben construir para lograr la reconciliación y la convivencia. Ningún esfuerzo será en vano en la búsqueda de una Cali que rechace y erradique la violencia, que celebre la vida en lugar de llorar por el dolor que le causan sus múltiples problemas. Bienvenida toda intención de hacer que el Pacífico colombiano sea parte integral de la Agenda de la Nación y de las regiones que lo comparten.Hacer realidad esos puentes requiere de un trabajo arduo y de compromiso. Es el reto que ojalá asuma cada caleño para que el 2015 sea, como se ha propuesto, el año de la paz ciudadana.

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