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Los costos de la migración

La crisis de Venezuela no ha tocado fondo, lo cual significa que Colombia sigue siendo objeto de un crecimiento en la migración, con las consecuencias que ello trae.

23 de mayo de 2019 Por: Editorial .

La crisis de Venezuela no ha tocado fondo, lo cual significa que Colombia sigue siendo objeto de un crecimiento en la migración, con las consecuencias que ello trae. Cómo enfrentar el fenómeno y seguir apoyando a quienes son expulsados de su país por la dictadura es uno de los grandes interrogantes para el futuro próximo de nuestra nación.

Según datos oficiales, de los más de cuatro millones de venezolanos que han salido de su país en los últimos años, son ya cerca de un millón quinientos mil los que han llegado aquí. Hombres, mujeres, ancianos y niños que huyen de la miseria, de la represión y de la destrucción que causa en Venezuela un régimen inconsciente sobre el desastre humanitario que ocasiona con su totalitarismo, la corrupción y el obsesivo apego a un comunismo desueto y fracasado.

En esos términos, lo que está ocurriendo en el país vecino es una hecatombe de idénticas proporciones a la que ocasionó la guerra en Siria, el mayor fenómeno de desplazamiento del mundo en la actualidad.
Y el mayor impacto lo ha recibido Colombia, lo cual se refleja en todos sus indicadores sociales y económicos: el empleo, la demanda de vivienda y de servicios de salud, la oferta de educación o la posibilidad de esos inmigrantes de tener una vida digna, por lo menos hasta tanto se produzcan las condiciones para su regreso.

Tan grave es la situación que el Ministro de Relaciones Exteriores expresó que nuestro país necesita US$1.526 millones para atenderla. Son cerca de cinco billones de pesos, algo que empieza a reflejarse en las finanzas públicas con la autorización para ampliar el déficit fiscal para el presente año, demostración clara de la voluntad de atender a quienes han tenido que huir de su tierra ante el paulatino desmantelamiento al que está sometida Venezuela y los riesgos de perecer por el hambre o a causa de la violencia, fenómenos desencadenados por la tiranía que manda en ese país.

Está claro entonces que Colombia está haciendo un gran esfuerzo por responder a las necesidades de los venezolanos que buscan abrigo, una tragedia humanitaria que necesita de la solidaridad internacional. Por eso, el canciller Carlos Holmes Trujillo también ha enfatizado en la urgencia de aumentar el aporte que hasta ahora sólo llega a los US$69 millones de los US$315 millones que anunció la ONU para la atención de los inmigrantes en el territorio colombiano.

Colombia ha abierto sus brazos a los venezolanos que huyen de la tiranía como un gesto humanitario y una reciprocidad a la acogida que ellos dieron en el pasado a nuestros connacionales. Pero no puede desconocerse que la situación se agrava en la medida en que más recursos del Estado que atienden a los sectores necesitados de nuestro país deban destinarse a atender esa migración.

Por ello es necesario el aporte de la comunidad internacional, además de una alerta para que los colombianos y su dirigencia sepan lo que acontece y se pongan de acuerdo en la manera de enfrentar la crisis que se está cuajando. Aquí se está produciendo una nueva realidad a la cual no se le puede dar la espalda.

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