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Lo que el narco se llevó

1 de julio de 2010 Por:

Monterrey, la capital de Nuevo León, era hace una década la ‘ciudad milagro’ de México y el modelo a seguir para la mayoría de ciudades mexicanas. Hoy, y por causa del narcotráfico, pasa por una de sus peores crisis.Motor industrial del país, sede de la élite empresarial mexicana, centro de la internacionalización económica, la ciudad más segura de la República y de América Latina, sus tres millones de habitantes se ufanaban de su prestigiosa Universidad Tecnológica de Monterrey, de la masiva recepción de turistas estadounidenses y de la abundante inversión extranjera. Pero toda esa prosperidad se empezó a desvanecer cuando los carteles de la droga descubrieron que la cercanía a Estados Unidos y el afán de lucro que dominaba a la dirigencia económica y política regiomontana, constituían ventajas para su operación criminal a gran escala. En este año, con 284 homicidios y centenares de secuestros, Monterrey es una de las ciudades más inseguras de México y una comunidad que vive a la sombra de los narcos.Las guerras entre grupos rivales y el enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y los carteles de la droga han convertido a la ciudad en campo de batalla. El 80% de los habitantes ha cambiado sus hábitos de vida, anda por las calles con miedo y prácticamente ha desaparecido la agitada vida nocturna de los años de bonanza comercial y manufacturera. A similitud de los sucedido en Cali y el Valle del Cauca, los regiomontanos y neoleoneses sufren la permisividad ante las actividades del narcotráfico y hoy no controlan la suerte de sus ciudades y Estado. Hace poco, luego de la muerte de dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey, la Universidad de Texas suspendió los intercambios de profesores y estudiantes, y se cancelaron las competencias deportivas, lo mismo que los seminarios académicos, la base del constante flujo de estadounidenses a la promisoria ciudad mexicana. También se acabaron los viajes masivos a Nuevo León para realizarse cirugías contra la obesidad, lo que le había dado importante liquidez a los empresarios de la salud en Monterrey y otras ciudades cercanas. Y cayó la inversión extranjera en un 50% en el último año, mientras los negocios con el exterior están atascados por la desconfianza y las barreras que demanda la precaución.La corrupción entre la Policía está generalizada y se sospecha de una enorme infiltración de los narcos, en especial del cartel de Los Zetas, en la vida política y social de Nuevo León. Hace poco el gobernador del Estado, Rodrigo Medina, fue duramente criticado por Coparmex, la unión de empresarios mexicanos, por llamar a una marcha contra la inseguridad, cuando debía dedicarse a tomar medidas contra el narcotráfico y la corrupción. El Gobernador prefiere la exposición mediática antes que enfrentarse al crimen organizado.Todo lo que hoy sufre Monterrey, aquí ya lo vivimos. Y la lección es la misma: el narcotráfico todo lo daña y todo lo corrompe, incluida la oportunidad de generar riqueza con el trabajo legítimo, o de tener gobiernos que enorgullezcan y no avergüencen a la gente.

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