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La futura carretera Mulaló-Loboguerrero contempla la construcción de 5 túneles con una longitud de 12,2 kilómetros, lo que agilizaría en tiempo la conexión con Buenaventura. | Foto: Cortesía para El País

Editorial

La vía esperada

Luego de ocho años de retraso, la ejecución de la Mulaló - Loboguerrero no da más espera. Por ello hay que pedirles a las autoridades nacionales y a Convimar que lleguen de una vez a acuerdos definitivos que faciliten los trámites y permitan iniciar las obras de manera inmediata.

21 de abril de 2023 Por: Editorial

La construcción de la vía Mulaló - Loboguerrero es la crónica de una carretera que se espera y no llega, pero a la que el Valle del Cauca aún le tiene fe. Es también la historia repetida de los incumplimientos del Gobierno Nacional con el departamento y de la indiferencia con la que se mira a la comarca desde el centro del país. La luz vuelve a brillar para el proyecto, que es imprescindible para la región y para el suroccidente colombiano.

La decisión del Tribunal de Arbitramento convocado por el concesionario para conciliar con la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, la terminación anticipada del contrato, fue en primera instancia a favor de la entidad estatal. El argumento presentado por la Sociedad Concesionaria Nueva Vía al Mar, Convimar, se basó en la imposibilidad de iniciar la obra, adjudicada en 2015, entre otras razones por la demora en la entrega de la licencia ambiental. En su fallo, el Tribunal aseguró que al haberse otorgado ya ese permiso, el evento está superado y no existe causal para rescindir el contrato.

Si bien Convimar puede apelar la decisión, lo que esperan ahora los vallecaucanos es que se llegue a un acuerdo, tanto en términos de costos como en los nuevos plazos de ejecución, para que las obras inicien de inmediato. La Mulaló - Loboguerrero no es una carretera más; significa brindar una alternativa más corta, ágil, corta y menos costosa para el transporte de carga desde Cali y el sur del país hacia Buenaventura, la ciudad más importante sobre el Pacífico colombiano, donde opera el puerto más importante de Colombia.

Con esta vía alterna, que hizo parte de las denominadas 4G presentadas por el Gobierno Nacional en el año 2008, se reduciría en 50 kilómetros el trayecto, con lo que ello implica en términos de logística y costos financieros para la industria y el comercio nacionales. Como está planteada, la carretera que atravesaría la Cordillera Occidental tendría 32 kilómetros, nueve túneles que juntos suman 12,1 kilómetros de extensión, así como 31 puentes y viaductos.

Su valor inicial, determinado en $1,5 billones, cuando se adjudicó el proyecto en 2015, fue de $1,5 billones, cifra que sin duda está obsoleta y hoy podría superar los $2,5 billones. El reajuste de ese precio será fundamental para que el Concesionario se decida a aceptar el fallo inicial del Tribunal de Arbitramento.

Luego de ocho años de retraso, la ejecución de la Mulaló - Loboguerrero no da más espera. Por ello hay que pedirles a las autoridades nacionales y a Convimar que lleguen de una vez a acuerdos definitivos que faciliten los trámites y permitan iniciar las obras de manera inmediata. No se puede permitir el hundimiento de un proyecto tan importante para la región, que cuenta ya con los estudios y permisos aprobados, está en manos de un concesionario con experiencia que además genera confianza, y que quedó entre las obras para el Valle incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo que hace curso para su aprobación en el Congreso.

No hacerlo sería una frustración para el departamento y para el suroccidente colombiano, que dejaría en evidencia el tratamiento indiferente que desde el centro se le ha dado a la provincia.

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