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La sombra de Lula

2 de octubre de 2010 Por:

Brasil se encuentra hoy en uno de los mejores momentos de su historia...

“Tan sólo espero que el próximo Presidente sea tan bueno como Lula”, es la frase de un ama de casa brasileña que compendia el sentimiento mayoritario del Brasil, en los días previos de las próximas elecciones presidenciales.Tal sentimiento ha contribuido para que la campaña electoral se presente como atípica, pues tanto la candidata del partido gobernante, el PT, como el candidato opositor, perteneciente a la socialdemocracia brasileña, se anuncian ambos como continuadores de Lula. La una, Dilma Russef, ayudada por el propio Lula, y el otro, José Serra, apoyándose en afiches en los que aparece su foto al lado de la de Lula, con la leyenda “Dos hombres con historia”.Es el efecto del buen gobierno realizado por el actual Presidente, alejado de radicalismos innecesarios y continuando la línea de su antecesor Fernando Henrique Cardozo, respetuoso de la propiedad privada pese a provenir de una tendencia socialista, y al hecho de que durante su gobierno el país ha tenido un espectacular avance económico e indiscutibles mejoras sociales. Brasil se encuentra hoy en uno de los mejores momentos de su historia y sin duda Lula ha tenido mucho que ver con este espléndido avance.Así las cosas, parecería ilógico que alguien hiciera oposición enfrentándose a un gobierno que cuenta con 82% de favorabilidad. Por lo que la campaña se ha centrado en el talante y las trayectorias de los dos principales aspirantes antes que en propuestas programáticas que tiendan a alejarse de las políticas del actual Presidente.De allí ciertas dificultades que ha tenido la candidata Russef, elegida por el propio Lula para que sea su sucesora, a la que le afecta su pasado como joven guerrillera, pese a que ha hecho todo lo posible para que aquel ‘pecado de juventud’ le sea perdonado. Así, durante el año pasado ella se encontraba por debajo de Serra en las encuestas, y apenas vino a repuntar en el primer semestre de 2010, cuando Lula se decidió a emprender una agresiva campaña a su favor. Hay que recordar que a los funcionarios públicos brasileños no les está prohibido participar en actividades políticas, siempre y cuando no usen para ello los recursos del Estado.Pero volvió a perder favoritismo en los tramos finales de la campaña, pues pese a su brillante hoja de vida como economista experta en el sector energético, muchos la ven como una sombra de Lula, sin que cuente, ni con el carisma, ni con el sentido pragmático de aquél. De hecho, en algunas encuestas se vaticina que ella no alcanzará a ganar la Presidencia en la primera vuelta.Ante esa caída, el Presidente en ejercicio, un hábil político, logró recientemente armar una coalición con el liberalismo brasileño, al que pertenecen hombres notables como José Sarney y otros grandes barones electorales, con lo que la elección de Dilma Russef se presenta como la perspectiva más factible, según los analistas de los principales medios brasileños.En todo caso, gane en primera o segunda vuelta o, aún en el improbable caso de que pierda con Serra, lo cierto es que el Brasil tiene garantizada la continuidad en el gobierno al menos por un período presidencial más.

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