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La protesta de mañana

Bien entendida, la protesta es la oportunidad para entablar un diálogo entre la provincia colombiana y el gobierno central por asuntos que están golpeando la economía y la tranquilidad social en las regiones, factores que si bien han tenido la atención del Estado están reclamando políticas agrarias acordes con los retos que plantea la apertura de la economía.

18 de agosto de 2013 Por:

Bien entendida, la protesta es la oportunidad para entablar un diálogo entre la provincia colombiana y el gobierno central por asuntos que están golpeando la economía y la tranquilidad social en las regiones, factores que si bien han tenido la atención del Estado están reclamando políticas agrarias acordes con los retos que plantea la apertura de la economía.

Pese a los esfuerzos del Gobierno Nacional por convencer a sus promotores de suspenderlo, mañana empezará un paro en varias regiones y actividades nacionales para exigir reivindicaciones y reclamar atención a los problemas por los que atraviesan sectores importantes de la sociedad. Además de esperar que la protesta conserve los cauces pacíficos, el movimiento merece ser escuchado como expresión de los problemas que experimentan la agricultura y en general la provincia colombiana.El más importante de los sectores que saldrá a protestar es el cafetero. Si bien la mayoría de los cultivadores del grano están con la Federación y no forman parte de la protesta, el movimiento es la continuidad de lo que en febrero pasado se llamó Dignidad Cafetera. En ese momento, los estragos causados por la paralización desbordaron los límites de una protesta para convertirse en una confrontación que afectó a ciudades como Popayán y bloqueos ilegales en vías de gran importancia para el país, reclamando la actuación de las autoridades de policía.De ese momento a hoy, el Gobierno se ha movilizado a atender los pedidos de un sector en crisis debido a los precios y las dificultades que enfrentan los agricultores. Varias han sido las medidas tomadas para ayudarlos, entre las que se destaca el pago de subsidios de importancia. No obstante, la protesta continúa, como demostración palpable de que las medidas no han sido suficientes. Y aunque se nota el interés por mezclarle política a la manifestación y por producir disturbios, lo cierto es que los cafeteros tienen razones de peso que deben ser escuchadas. Algo similar ocurre con los cultivadores de arroz, de cacao y de papa, así como con los productores de leche. En todos los casos, la combinación de hechos como la apertura y las dificultades para enfrentar la competencia de productos importados están detrás de la protesta, además de las limitaciones que generan temas como el poder acceder con facilidad al crédito y el precio de los insumos agrícolas. Igualmente, un sector de los camioneros reclama por el cumplimiento de compromisos anteriores y por el excesivo costo de los combustibles, producto de la política fiscalista que eleva el precio en más de un 50%.Todos son asuntos que deben ser escuchados y atendidos, más allá de aplicar la tradicional estrategia de entregar subsidios del presupuesto nacional. Bien entendida, la protesta es la oportunidad para entablar un diálogo entre la provincia colombiana y el gobierno central por asuntos que están golpeando la economía y la tranquilidad social en las regiones, factores que si bien han tenido la atención del Estado están reclamando políticas agrarias acordes con los retos que plantea la apertura de la economía. El paro convocado para mañana es entonces un momento para plantear un diálogo que produzca resultados positivos para la Nación. Lo que no podrá ser aceptado es que la protesta social sea usada para perjudicar al resto de la sociedad o para causar traumatismos y desórdenes que, sin dudarlo, repercutirán en la legitimidad de la protesta.

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