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La nueva Cali

Cómo no apoyar entonces los proyectos que se están desarrollando en el centro de Cali, amenazados en algunos casos por la incomprensión y por la indiferencia. Por supuesto, deberá producirse la intervención para resolver los problemas de pobreza, de indigencia y en muchos casos de inseguridad que durante muchos años se han ido apoderando de un sector que para la comunidad caleña ha sido neurálgico y lo seguirá siendo.

24 de agosto de 2016 Por:

Cómo no apoyar entonces los proyectos que se están desarrollando en el centro de Cali, amenazados en algunos casos por la incomprensión y por la indiferencia. Por supuesto, deberá producirse la intervención para resolver los problemas de pobreza, de indigencia y en muchos casos de inseguridad que durante muchos años se han ido apoderando de un sector que para la comunidad caleña ha sido neurálgico y lo seguirá siendo.

Superando obstáculos y tratando de alcanzar los acuerdos que se requieren para conseguir el objetivo, avanza el programa de renovación en el centro de Cali. Con lentitud pero con firmeza se adelantan los proyectos para construir la estación central del MÍO y la sede de la Fiscalía General de la Nación, así como el programa de vivienda en el sector de los barrios San Pascual, el Calvario y Sucre. Es de lejos la apuesta más importante para renovar una vasta zona de la ciudad que padece los efectos del abandono, a pesar de tener la mejor infraestructura y los mejores servicios públicos de la capital vallecaucana. La explicación de ese retraso está en primer lugar en lo dispendioso de las negociaciones con los propietarios de los inmuebles que en muchos casos no han podido ser identificados. También, en las múltiples oposiciones que se han presentado, algunas de las cuales obedecen a intenciones no necesariamente relacionadas con los intereses legítimos de propietarios y habitantes del sector, si no con ambiciones por sacar partido del propósito por renovar esa zona. Pero también se debe a la demora para definir los recursos que se destinarán a construir el proyecto de la Fiscalía, anunciado hace más de seis años y del cual aún no se conoce cómo será, quién y bajo qué modalidad se desarrollará y cuál es la fecha de su inicio. Pese a ello, Cali guarda aún la esperanza de que en las instancias centrales de la Fiscalía se cumpla con un compromiso institucional que involucra ante todo a los cientos de funcionarios de esa entidad que laboran en Cali. Otro aspecto importante para la renovación urbana y social que se pretende realizar en la zona es el relacionado con la construcción de vivienda. Serán 4.700 unidades residenciales que atraerán 20.000 nuevos habitantes, en un área de 25 hectáreas en las cuales se destinarán 4.000 metros cuadrados al espacio público.Por sí solas, esas características, que deben ser concretadas mediante la alianza del sector público y privado, serán el motor para dar vida a la renovación que se planteó hace 16 años en el Plan de Ordenamiento Territorial aprobado en el año 2000. Con ello se realizarán más de 33.000 metros cuadrados de infraestructura vial y se transformarán 30 manzanas, comprendidas entre las carreras 10 y 15 y las calles 12 y 17. Concentrando inversiones por más de $500.000 millones. Cómo no apoyar entonces los proyectos que se están desarrollando en el centro de Cali, amenazados en algunos casos por la incomprensión y por la indiferencia. Por supuesto, deberá producirse la intervención para resolver los problemas de pobreza, de indigencia y en muchos casos de inseguridad que durante muchos años se han ido apoderando de un sector que para la comunidad caleña ha sido neurálgico y lo seguirá siendo. Renovar el centro de Cali es necesario. Y ante todo, es la posibilidad de construir una ciudad nueva que acabe con el desorden producido por el abandono y lo transforme en oportunidad invaluable para ofrecer más oportunidades y mejor calidad de vida en la capital vallecaucana.

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