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La matanza y la campaña

Ahora tampoco pasará nada y los dos contendientes encontrarán los medios para que Aurora no forme parte del debate político. Una lástima porque parece increíble que se pueda comprar un rifle de asalto sin ningún control. Y que en Estados Unidos haya 270 millones de armas en poder de los ciudadanos, listas para ser usadas.

30 de julio de 2012 Por:

Ahora tampoco pasará nada y los dos contendientes encontrarán los medios para que Aurora no forme parte del debate político. Una lástima porque parece increíble que se pueda comprar un rifle de asalto sin ningún control. Y que en Estados Unidos haya 270 millones de armas en poder de los ciudadanos, listas para ser usadas.

Ni siquiera un hecho tan dramático como la matanza protagonizada por un joven perturbado, que disparó con un fusil de asalto contra los espectadores asistentes al estreno de una película, asesinando a 12 de ellos e hiriendo a 58 más, ha logrado sacar del marasmo a la lánguida campaña electoral estadounidense.En este caso los cálculos políticos han primado sobre el sentido común. El apego popular a la Segunda Enmienda de la Constitución, promulgada hace 200 años en medio de una situación que nada tiene que ver con el mundo de hoy, sigue permitiendo que cualquiera compre por internet un fusil de asalto como quien compra un par de zapatos.La forma cauta como el presidente Barack Obama reaccionó ante el tiroteo —al preguntarle la prensa sobre las leyes de restricción de armas, dijo que no era un día para la política—, es una señal inconfundible. Aunque en varias ocasiones sugirió controles —como elevar los impuestos en las armas—, no ha ido mucho más lejos. Como todos los demócratas, debe recordar que en la campaña presidencial de 2000, tras la matanza de 13 estudiantes en la preparatoria de Columbine, a unos 25 kilómetros de Aurora, donde se produjo la matanza que hoy nos conmueve, el candidato demócrata Al Gore se pronunció por leyes más estrictas, uno de los factores por los cuales en su partido consideraron que perdió votos claves.Los demócratas estuvieron ocho años fuera del gobierno y no quieren volver a perder el Ejecutivo. Obama, que retóricamente coincide con los críticos de la Segunda Enmienda, no ha hecho nada para limitar la venta libre de armas. Tampoco los demócratas en el Senado. Obama enfrenta a Mitt Romney y, aunque tiene una ventaja en votos electorales, hay 136 de ellos que son indecisos y se encuentran en una decena de estados donde son grandes las resistencias a leyes sobre armas. Una buena parte de los cuatro millones de afiliados de la Asociación Nacional del Rifle, el principal grupo de interés en contra de leyes a las armas, se encuentran en ellos, como Ohio, Michigan, Pensilvania y Virginia, donde también existen grandes sindicatos que respaldan a esa organización.La tragedia de Aurora revive el debate sobre las armas, pero no pasará de lo discursivo, de acuerdo con políticos que han mermado toda expectativa en la prensa estadounidense. No será algo nuevo. Tras Columbine, no sucedió nada. Luego del asesinato de dos estudiantes en el Tecnológico de Virginia en 2007, sólo se mejoraron los procedimientos de verificación de antecedentes de personas con retardos mentales. Y después del tiroteo en Tucson el año pasado, donde murieron seis personas y estuvo a punto de perder la vida la diputada Gabrielle Giffords, lo único que se logró fue un intento por reducir la capacidad de los cargadores de las armas.Ahora tampoco pasará nada y los dos contendientes encontrarán los medios para que Aurora no forme parte del debate político. Una lástima porque parece increíble que se pueda comprar un rifle de asalto sin ningún control. Y que en Estados Unidos haya 270 millones de armas en poder de los ciudadanos, listas para ser usadas.

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