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La Ley del Deporte

"La ley 1445 de 2011 es un intento para ordenar una actividad como el deporte, que si bien es promovida y dirigida por particulares, concita el interés de millones de ciudadanos".

18 de mayo de 2011 Por:

"La ley 1445 de 2011 es un intento para ordenar una actividad como el deporte, que si bien es promovida y dirigida por particulares, concita el interés de millones de ciudadanos".

Luego de largas discusiones, el Presidente de la República sancionó la ley que servirá para darle orden al deporte, en especial al fútbol, y sanciona sin contemplaciones a quienes pretendan convertir en desmanes una actividad que antes fue motivo de regocijo para millones de colombianos. Son medidas que Colombia esperó por años y ahora aguarda que se cumplan para salvar el deporte que más afición despierta. La ley 1445 de 2011 es un intento para ordenar una actividad que si bien es promovida y dirigida por particulares, concita el interés de millones de ciudadanos. Al exigir que se constituyan en sociedades anónimas, corporaciones o asociaciones deportivas que deben cumplir normas propias de la actividad empresarial, las equipara a cualquier empresa. Y las obliga a cumplir preceptos mínimos de la administración, a la vez que crea sanciones drásticas que van desde la suspensión hasta la revocatoria del reconocimiento deportivo para aquellas entidades que incumplan sus obligaciones con los trabajadores, los deportistas que hacen posible el espectáculo del cual viven los clubes.Ese esfuerzo tiene que servir para impedir que los dineros generados por el crimen y la presencia de personas vinculadas a actividades delictivas sigan influyendo en el deporte, y utilizando al fútbol como vehículo para lavar sus fortunas, incluso para cometer toda clase de delitos. Es la triste historia del narcotráfico infiltrado en el deporte, y de personajes que manejan a su antojo la suerte de deportistas e instituciones, que influyó en los resultados y dejó al fútbol colombiano en el estado de agonía que hoy registra. Otro aspecto importante de la nueva norma es aquel que reconoce la importancia del deporte de masas por excelencia en la seguridad y la convivencia de los ciudadanos. Es de resaltar que por primera vez una ley hace solidarios a los clubes y las autoridades en la responsabilidad de mantener la concordia en los estadios y sitios públicos donde puedan presentarse actos vandálicos ocasionados por las tenebrosas barras bravas. Asimismo hay que reconocer que por primera vez se establecen sanciones drásticas a los autores de los desórdenes y a sus promotores. Y se establecen castigos para quien lleve armas o estupefacientes a los estadios, consuma drogas ilícitas o alcohol en esos sitios públicos, ataque a la Fuerza Pública o invada los terrenos de juego. Es la manera de impedir que continúen la impunidad y la tolerancia con conductas antisociales que destruyen la capacidad del deporte para unir a los colombianos.Se supone que con esta nueva ley, el fútbol en Colombia tendrá que cambiar en forma dramática, por lo menos en cuanto al cumplimiento de normas y principios que defiendan el interés y la tranquilidad de los aficionados, los derechos de los deportistas y la transparencia de una actividad que si bien es realizada por particulares compromete la credibilidad pública. No obstante, queda en manos de los dirigentes del fútbol colombiano darle el vuelco que reclama el manejo de una actividad que pierde adeptos, aleja a los hinchas y se hunde en la mediocridad.

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