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La elección de ayer

"El resultado de las elecciones debe interpretarse como la voluntad de los caleños de construir un futuro basado en la convivencia para poder resolver los problemas que aquejan a su ciudad. Y para poder recuperar el sitial que ha tenido Cali en el contexto nacional".

31 de octubre de 2011 Por:

"El resultado de las elecciones debe interpretarse como la voluntad de los caleños de construir un futuro basado en la convivencia para poder resolver los problemas que aquejan a su ciudad. Y para poder recuperar el sitial que ha tenido Cali en el contexto nacional".

En una jornada tranquila, los caleños eligieron a Rodrigo Guerrero Velasco como su alcalde para el periodo 2012- 2016 y los vallecaucanos hicieron lo propio con Héctor Fabio Useche de la Cruz, el candidato del MÍO, movimiento creado por el ex senador Juan Carlos Martínez. El primero de enero próximo empezará una nueva etapa de expectativas para Cali así como una de interrogantes y preocupaciones para el Valle. La ciudad conoce las ejecutorias públicas del doctor Guerrero. En su paso por las entidades que han estado a su cargo, el progreso y la concordia fueron notorios. Como alcalde durante el período 1992 a 1995 fue impulsor de iniciativas como Desepaz, imitada después en Bogotá y Medellín por sus resultados efectivos en la construcción de convivencia y por su efectividad en el mantenimiento de la seguridad. También realizó importantes avances en soluciones sociales como la ciudadela en la cual se construyeron 28.000 viviendas para familias de ingresos bajos. El mensaje de unión del médico Guerrero se impuso a las maniobras con las cuales pretendieron sacarlo de la competencia. Un mensaje claro que fue construyendo el consenso y con el cual se pudo mostrar un discurso distinto al de la polarización y a la exclusión con que se ha manejado la política en Cali durante los últimos quince años. Es otra forma de interpretar el interés de la ciudadanía, muy distinto por cierto de las consejas y las componendas que siempre han privilegiado sus intereses clientelistas y más cercano a las necesidades de los que viven en la capital vallecaucana. Por eso, el resultado debe interpretarse como la voluntad de los caleños de construir un futuro basado en la convivencia para poder resolver los problemas que aquejan a su ciudad. Y para poder recuperar el sitial que ha tenido Cali en el contexto nacional. Además, para romper esa especie de tutela que la Nación debió aplicar a Cali cuando la incapacidad y el desgreño llevaron a la intervención de Emcali, a la liquidación de Emsirva y a la pérdida de independencia de la administración local mediante un convenio de desempeño impuesto por sus acreedores bancarios.Si se confirman las tendencias que muestran los resultados, algo distinto ocurrirá en la Gobernación del Valle, donde la llegada del odontólogo Useche revive las peores épocas de la administración departamental. Además de los temores porque regresen las malas prácticas de gobierno, es sabido que como secretario de Salud del destituido ex gobernador Juan Carlos Abadía, tiene mucho que responder ante la Justicia y los organismos de control. Y aunque se deba respetar la decisión mayoritaria de los votantes, ello no implica abandonar la obligación de estar vigilantes sobre las actuaciones del Gobernador elegido por un apretado margen. Ya habrá oportunidad de analizar lo sucedido en las otras 41 alcaldías del Valle, en sus concejos municipales y en la Asamblea del Departamento. Por ahora hay que decir que los vallecaucanos expresaron su voluntad y se debe acatar sin que ello implique guardar silencio ante los desafueros o dejar de reconocer los aciertos de los nuevos gobernantes.

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