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La conquista del espacio

Así como el Curiosity, hoy navegan por el espacio exterior varias sondas y cápsulas que pretenden ampliar el conocimiento sobre este universo infinito. Son las oportunidades que brindan los avances científicos y tecnológicos realizados en los últimos 50 años.

1 de septiembre de 2012 Por:

Así como el Curiosity, hoy navegan por el espacio exterior varias sondas y cápsulas que pretenden ampliar el conocimiento sobre este universo infinito. Son las oportunidades que brindan los avances científicos y tecnológicos realizados en los últimos 50 años.

Curiosity. No puede ser más apropiado el nombre del vehículo robot que descendió en Marte y fascina al mundo con las imágenes y las transmisiones que ha enviado desde el planeta rojo. Refleja el deseo de la humanidad de conocer los secretos del universo. El por qué y el para qué de esa conquista y de la avanzadas exploraciones espaciales es lo que está por contarse.El aterrizaje de Curiosity ocurre 55 años después de que fuera lanzado el cohete soviético Sputnik I, la primera nave espacial no tripulada que salió de la atmósfera terrestre. Un hecho que marcó el inicio de la era espacial y de una carrera impulsada en principio por la Guerra Fría, en la que Estados Unidos y la entonces Unión Soviética pretendían estar a la delantera bajo la premisa de que quien conquistara primero el universo tendría el poder sobre la Tierra.Desde entonces varias generaciones han presenciado lo que era impensable hace menos de un siglo: que el hombre viajara hasta la luna y caminara en ella; o que un grupo de personas pudiera vivir durante varios meses en una estación espacial que orbita alrededor del planeta. Desintegrada la Unión Soviética y acabada la Guerra Fría, la carrera espacial cambió. Dejó de ser una competencia impulsada por el ansia de poder y se transformó en una necesidad científica, descubrir los secretos del universo. Países como Estados Unidos, Rusia, China, Japón y los que están reunidos en la Agencia Espacial Europea sorprenden al mundo con sus nuevos proyectos para explorar el espacio exterior y se han unido en empresas colosales como la Estación Espacial Internacional que empezó a montarse hace 15 años. Curiosity, el vehículo robot que deslumbra a la humanidad es el más reciente triunfo de la carrera espacial. Si bien no es el primer vehículo que se posa sobre Marte, sí es el que mayor información ha aportado con miras a conocer la composición de ese planeta, las características de sus suelos, del aire, de la temperatura o si, por ejemplo, alguna vez tuvo agua pese a la aridez que hoy muestra. Así como el Curiosity, hoy navegan por el espacio exterior varias sondas y cápsulas que pretenden ampliar el conocimiento sobre este universo infinito. Son las oportunidades que brindan los avances científicos y tecnológicos realizados en los últimos 50 años. La pregunta es por qué se quiere saber tanto sobre el espacio exterior. ¿La intención sólo es encontrar si en algún lugar como Marte, tan cerca a la Tierra, hubo o hay alguna forma de vida? ¿Será comprender cómo se formaron o cuál fue el origen de sistemas solares como el nuestro? ¿O acaso toda esta conquista del espacio tiene como objetivo saber si hay algún otro lugar donde los seres humanos puedan vivir en un futuro? Con un planeta vivo, cambiante y con signos de deterioro como la Tierra, no es de extrañar que los gobiernos, de la mano con los científicos del mundo, quieran explorar el universo. Y que se busquen posibilidades que permitan preservar la especie humana, así ello signifique que se tenga que desplazar hacia Marte o hacia un lugar aún más lejano en el espacio exterior.

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