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La cita en Ipiales

27 de agosto de 2010 Por:

La reunión en Ipiales deja como resultado el compromiso de establecer mecanismos

Después de la asistencia del Presidente del Ecuador a la posesión de su homólogo en Colombia, la reunión de los cancilleres en Ipiales es otro hito importante que demuestra la voluntad de restablecer y profundizar las relaciones entre los dos países. Una buena señal de que por encima de las diferencias ideológicas, la diplomacia es herramienta eficaz para sanar las heridas y lograr beneficios para los pueblos hermanos.El principio según el cual las crisis también generan grandes oportunidades tiene su aplicación en este caso. El 1 de marzo de 2008, el Gobierno colombiano tomó la decisión de atacar en territorio ecuatoriano el campamento de alias Raúl Reyes, uno de los más tenebrosos cabecillas de las Farc. Y si bien no tuvo la intención de agredir al país vecino, el hecho causó la reacción explicable del presidente Rafael Correa de romper las relaciones diplomáticas con nuestro país. Por fortuna, y aunque con algunos altibajos, se mantuvieron abiertos los canales económicos y comerciales, así como no se interrumpió el flujo de ciudadanos que habitan una frontera viva.Casi dos años y seis meses después, la reunión en Ipiales deja como resultado el compromiso de establecer mecanismos que permitan el trabajo conjunto en temas adicionales a los que contenían las relaciones que antes se mantenían entre Colombia y Ecuador. Está por ejemplo la promesa de suministrar energía de nuestro país cuando así lo necesite Ecuador. Y más importante aún, la creación de mecanismos bilaterales para atender a los más de 50.000 colombianos refugiados en territorio ecuatoriano. Por supuesto, esas decisiones no excluyen el tratamiento de los problemas que en la frontera están generando los grupos armados, el narcotráfico y el comercio ilegal de armas y explosivos. Y que deben fortalecer los acuerdos para trabajar a ambos lados de la zona contra los enemigos comunes a las dos naciones, sin que ello implique obligaciones para el Ecuador de involucrarse en el combate a las Farc. Es lo que garantiza la utilización permanente de la Comisión Binacional de Fronteras, Combifron. Es un acuerdo necesario, que pone el interés de ambas naciones por encima de disputas políticas y deja por fuera el debate ideológico.Así, la crisis ha llevado a transformar las relaciones entre Colombia y Ecuador. En lo que respecta a nuestro país, nos ha obligado a mirar de otra forma a nuestro vecino y ha pensar en razones más profundas que el intercambio comercial o el reclamo para que se entiendan nuestros problemas de seguridad. Y en cuanto a Ecuador, ha servido para que allá se piense en cosas como facilitar el trámite migratorio y aduanero, mirando con más confianza a nuestro país.El próximo octubre habrá una nueva cita de cancilleres, de la cual puede salir el nombramiento de los respectivos embajadores. Aunque es deseable dar ese paso, y es de esperar que cesen los procesos judiciales contra el presidente Santos y los oficiales acusados por la Justicia del país vecino por el ataque al campamento de las Farc, lo importante es mantener vivo el diálogo que en los últimos meses ha permitido conocerse mejor a colombianos y ecuatorianos.

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