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La batalla de Venezuela

Queda claro que ninguna decisión que tome la Asamblea será respetada por el Ejecutivo o declarada legal por el máximo tribunal de Justicia en Venezuela, cuya composición fue reajustada a las carreras luego de la sorpresiva y aparatosa derrota experimentada por el chavismo en diciembre.

9 de marzo de 2016 Por:

Queda claro que ninguna decisión que tome la Asamblea será respetada por el Ejecutivo o declarada legal por el máximo tribunal de Justicia en Venezuela, cuya composición fue reajustada a las carreras luego de la sorpresiva y aparatosa derrota experimentada por el chavismo en diciembre.

Luego de que el Tribunal Supremo de Venezuela le recortara a la Asamblea Nacional facultades esenciales como el control político al Gobierno y a la rama Judicial, la oposición de ese país reveló la hoja de ruta para sacar del poder al presidente Nicolás Maduro. Es otra batalla dentro de una guerra en la cual se decide si continúa mandando el chavismo o si es posible una transición ordenada y pacífica hacia el desmonte de la dictadura. Las semanas han transcurrido desde que la oposición agrupada en la Mesa de Unidad Democrática, MUD, asumió el mando del órgano legislativo luego de su triunfo en las elecciones del pasado siete de diciembre. Desde entonces, la acción del Ejecutivo y la Justicia ha ido neutralizando las decisiones que, según la Constitución bolivariana, son facultad del legislativo. En efecto, y con sentencias rápidas, el tribunal bloqueó la elección de tres diputados opositores, desconoció la potestad de la Asamblea Nacional para negar una ley expedida por el Ejecutivo en la cual se toma el manejo de las autoridades monetarias, y limitó el control político al prohibirle el llamado a rendir cuentas a los funcionarios del Gobierno y a los miembros del Ejército venezolano. Es decir, lo que decidió el pueblo en las urnas es negado por los poderes en manos del gobierno que rechaza una inmensa mayoría de esa nación, según resultados de las encuestas de opinión.Queda claro que ninguna decisión que tome la Asamblea será respetada por el Ejecutivo o declarada legal por el máximo tribunal de Justicia en Venezuela, cuya composición fue reajustada a las carreras luego de la sorpresiva y aparatosa derrota experimentada por el chavismo en diciembre. Lo cual deja muy pocas posibilidades de lograr el cambio mediante las potestades que la constitución hecha a la medida de Hugo Chávez le otorga al poder Legislativo. Todo lo cual indica a la oposición que debe buscar salidas. Esa parece ser la razón de la estrategia anunciada ayer, que en forma simultánea pide la renuncia del Presidente, el recorte del período presidencial para que Maduro se vaya en el 2017, el inicio simultáneo de un referendo que revoque su mandato y la convocatoria a marchas públicas para respaldar esos reclamos. Los directivos de la MUD se apoyan en la crisis económica, social y política que padece su país. De lo que no hay duda es del atascamiento que la unión del gobierno y los jueces ha producido en la acción de la Asamblea Nacional, con la cual neutralizan el efecto de la inobjetable derrota electoral. Lo cual no deja otra salida incruenta que pedir el fin del régimen apelando al respaldo popular y a la consulta de los electores venezolanos.En esos términos, serán de nuevo la calle, las manifestaciones y la confrontación, los escenarios donde debe decidirse el cambio en Venezuela. Allí se verá si dentro de las Fuerzas Armadas se impone el al parecer creciente grupo de militares que respaldan una salida incruenta y necesaria a la tragedia en que está sumida Venezuela. O si siguen mandando la violencia y la represión con la cual pretenden mantener una dictadura fracasada.

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