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La barbarie

La abominación ha conmovido al mundo. Tras la desaparición de los jóvenes, Israel lanzó la mayor ofensiva sobre Cisjordania vista desde la segunda intifada. Y a tono con la indignación, el lenguaje se tornó especialmente vengativo. “Atacaremos ferozmente a Hamas”, “erradicar a los terroristas”., dicen sus voceros.

7 de julio de 2014 Por:

La abominación ha conmovido al mundo. Tras la desaparición de los jóvenes, Israel lanzó la mayor ofensiva sobre Cisjordania vista desde la segunda intifada. Y a tono con la indignación, el lenguaje se tornó especialmente vengativo. “Atacaremos ferozmente a Hamas”, “erradicar a los terroristas”., dicen sus voceros.

El lunes 30 de junio el ejército israelí informó que fueron hallados los cuerpos sin vida de tres adolescentes israelíes que habían desaparecido en Cisjordania a comienzos de junio. Naftali Frenkel y Gilad Shaar, de 16 años, y Eyal Yifrach de 19 vivían en asentamientos israelíes en territorios palestinos y fueron vistos por última vez cerca de Hebrón. La desaparición de los jóvenes ocurrió en medio de un clima de tensión, tras el anuncio de un acuerdo entre Hamas y Al Fatah para un gobierno de unidad de los territorios palestinos, el cual comenzó a regir a principios de junio. El hallazgo de sus cadáveres encendió de indignación a la ciudadanía israelí, y de una ira casi santa a su gobierno.Aunque el gobierno israelí aseguró que ese crimen execrable fue cometido por militantes de Hamas, el movimiento extremista lo niega y no hay hasta ahora prueba que los condene. Hay quienes piensan que ese tipo de barbaridades parece más un acto rabioso cometido por civiles embebidos de odios irrefrenables en medio de un clima de tanta tensión como el que se vive en los territorios palestinos ocupados por israelíes. Como sea, la abominación ha conmovido al mundo. Tras la desaparición de los jóvenes, Israel lanzó la mayor ofensiva sobre Cisjordania vista desde la segunda intifada. Y a tono con la indignación, el lenguaje se tornó especialmente vengativo. “Atacaremos ferozmente a Hamas”, “erradicar a los terroristas”., dicen sus voceros. Y de la otra parte: “desataremos el infierno”, “los judíos pagarán por los daños causados”. Poco después, Mohammad Abu Khdeir, de 16 años, palestino y ciudadano estadounidense, fue secuestrado en Jerusalén oriental y asesinado, aparentemente en represalia por el asesinato de los tres jóvenes israelíes. Según la autopsia, el jovencito fue “quemado vivo”.Este último crimen, una muestra de la peor barbarie, está a punto de desatar una “intifada” entre la población palestina, en la que muchos más morirán y sufrirán de parte y parte. Así, el objetivo de los terroristas, o de los “justicieros”, parece lograrse: eliminar cualquier esperanza de negociaciones y retrotraer el conflicto a la Ley del Talión.En medio de la atmósfera vengativa que se ha adueñado de la población civil no hay cabida para ninguna solución política y tan sólo se aplaudirá el “ojo por ojo, diente por diente”, es decir, la vuelta a la época de la justicia precivilizada. Nadie puede mediar en un conflicto así, y menos, si como lo presume Israel, detrás se encuentra Hamas, el grupo que se niega a reconocer el derecho de Israel a tener su propio estado.Pese a la insania, se debe reconocer la declaración de Benjamín Netanyahu, quien se comprometió a castigar a los asesinos del adolescente palestino. Lo mismo se espera del lado palestino con respecto a los de los jóvenes israelíes, a pesar de que no han pronunciado palabra alguna.Todo ello es consecuencia de la negativa a encontrar solución pacífica a una disputa en la cual los fundamentalismos de todo tipo amenazan con volverla eterna, causando muerte y desolación tanto al pueblo de Israel como al de Palestina.

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