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Inmigración e integración

18 de octubre de 2010 Por:

resulta apenas evidente que un inmigrante que se desplaza a otro país lo primero que debe hacer es aprender la lengua de la sociedad que lo acogió

En medio del descenso de su popularidad y luego de una reunión con el Primer Ministro de Turquía, la canciller alemana Ángela Merkel sorprendió a los miembros de su partido, la Unión Cristiana Democrática –UCD-, al declarar que los esfuerzos de su país por construir una sociedad multicultural han “fracasado completamente”.Para Merkel, la idea del multiculturalismo como convivencia pacífica de personas con raíces culturales diferentes “no funciona”. La razón: las culturas tienden a permanecer aisladas y, en el caso alemán, no hay un esfuerzo de los emigrantes por integrarse a la sociedad alemana.Aunque el Presidente de la UCD había declarado que “el Islam ya es parte de Alemania”, Merkel anotó que los musulmanes deben aprender a respetar la cultura alemana, dando con decisión el paso obligatorio de aprender alemán. Y anotó: “Cualquiera que no hable alemán no debe ser bienvenido”.Ella resumió así la experiencia alemana: “A principios de los 60 nuestro país convocaba a trabajadores extranjeros y ahora viven en el país... Nos hemos engañado a nosotros mismos, dijimos ‘No se van a quedar...’ Pero esto no es así”. Y de veras no lo es. Hoy Alemania posee una población de 2 millones y medio de turcos, en su mayor parte musulmanes, muchos de los cuales no pueden escribir, leer o hablar en alemán.Si bien las declaraciones de Merkel se producen en momentos de una creciente ola de malestar alemán por la falta de empleo, la abundancia de mano de obra de inmigrantes –el 55% piensan que los musulmanes son una carga para la economía- y el auge de ciertas posturas antiinmigrantes en el universo de la política alemana, lo cierto es que hay mucho de verdad en estas afirmaciones, y no sólo cálculo político.Pues resulta apenas evidente que un inmigrante que se desplaza a otro país lo primero que debe hacer es aprender la lengua de la sociedad que lo acogió, no sólo como muestra de agradecimiento sino también porque sin ello le será imposible desenvolverse con propiedad y competencia en ese espacio nuevo y ajeno.“Allí donde fueres, haz lo que vieres” anota el viejo refranero español, en un consejo que parece vigente para el convulsionado mundo globalizado de hoy. Pues el empeño en mantener vivas tradiciones y costumbres originadas en un determinado territorio, cuando se habita en otro muy diferente, generalmente se traduce en conflictos y enfrentamientos que hubieran podido evitarse.Desde luego, la comprensión debe ser mutua, y así como los ciudadanos del país que acoge a inmigrantes deben obedecer al valor de la tolerancia, es más cierto aún que los inmigrantes que llegan a una nueva patria no pueden pretender imponer sus valores y cultura a la sociedad que los ha acogido. El esfuerzo por la integración cultural será prerrequisito de la integración social y económica.La falta de comprensión de los inmigrantes del papel que deben cumplir y de los esfuerzos que deben realizar, son factores que ayudan a explicar los comportamientos antiinmigrantes en algunos países, además de las crisis económicas o la perversa condición humana de algunos individuos. Ángela Merkel ha tocado un tema sensible.

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