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Incultura vial

"...si hay algo que refleja qué tanta consideración tienen los caleños por su ciudad es la forma como que se comportan en las vías; es la tolerancia que los asiste y no la capacidad de pitar e insultar, es la decisión de acatar la norma y de entenderla como una necesidad, como una manera de construir civismo".

7 de abril de 2012 Por:

"...si hay algo que refleja qué tanta consideración tienen los caleños por su ciudad es la forma como que se comportan en las vías; es la tolerancia que los asiste y no la capacidad de pitar e insultar, es la decisión de acatar la norma y de entenderla como una necesidad, como una manera de construir civismo".

Que 26.000 caleños hayan sido sancionados en los primeros tres meses del año por no respetar las normas de tránsito habla mucho de la incultura vial de una ciudad como la nuestra. Como también es un claro síntoma de la misma, que con la aparición de las fotomultas se registren a la fecha 7.814 sanciones, en tres meses, de conductores cazados in fraganti por las cámaras.Siendo consecuentes con este panorama, tampoco es de sorprenderse que a diciembre de 2011 haya una cartera de multas por $78.364 millones, correspondiente a 256.469 comparendos, lo que ha obligado a la autoridad de Tránsito a emprender una campaña de cobros coactivos para mejorar el recaudo, con un grupo inicial de cinco mil caleños que deben multas del 2009.Pero más allá de las cifras y del mero diagnóstico, repetido por demás cuando de hablar de cultura vial se trata, está una ciudad a la que le sigue costando mucho respetar la norma, una ciudad que se resiste a parquearse en el lugar debido, que corre cuando el semáforo pasa de amarillo a rojo, en lugar de detenerse. Que se para encima de la cebra y que le hace conejo al pico y placa, por citar apenas unos casos, siendo los tres últimos los más registrados por las fotomultas.Por eso, no es de sorprenderse que a partir de la próxima semana vayan a instalarse seis cámaras más en la ciudad y que se aspire a tener un total de 20 en distintos sitios, antes que culmine el año, vigilando a los conductores. Norma que irá acompañada de dos vehículos de tránsito que recorrerán toda la ciudad para vigilar el buen desempeño de quienes van por la vía y para evitar que se parqueen en sitios prohibidos, especialmente en epicentros médicos y en sectores neurálgicos como el centro.Si bien, es de resaltar que en la administración actual se nota la presencia de la autoridad vial, de nada sirve si los conductores no toman conciencia de que es a partir de su respeto como se construye una verdadera cultura ciudadana. Porque si hay algo que refleja qué tanta consideración tienen los caleños por su ciudad es la forma como que se comportan en las vías; es la tolerancia que los asiste y no la capacidad de pitar e insultar, es la decisión de acatar la norma y de entenderla como una necesidad, como una manera de construir civismo.Pero si se continúa en el empeño de creer que el error es del otro y de asumir que nunca se equivocan, tal como lo refleja el más reciente estudio del Fondo de Prevención Vial en el cual el 100% de los consultados se creen buenos conductores, será muy difícil revertir la realidad actual de nuestras vías. Porque lo ideal sería que las fotomultas no existieran, que los guardas de Tránsito sirvieran para normalizar el tráfico cuando se requiere y no para perseguir al que está empeñado en hacer lo que no es debido. Y que la inteligencia vial fuera una realidad de todos los días y no sólo el nombre de una campaña nacional, que se repite a diario en los medios de comunicación.Ese sería el mejor inicio de un rescate por el civismo y el rompimiento certero con esa cultura de la ilegalidad que tanto daño le ha hecho a nuestra ciudad.

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