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Grecia, la clave de Europa

"Lo cierto es que los griegos no quieren cumplir con las condiciones de austeridad que les ha impuesto el resto de Europa. Y el ciudadano común no entiende por qué tiene que pagar con su bolsillo todas las imprevisiones de los gobiernos, incluyendo aquellos que se hicieron los de la vista gorda con la especulación financiera internacional".

21 de mayo de 2012 Por:

"Lo cierto es que los griegos no quieren cumplir con las condiciones de austeridad que les ha impuesto el resto de Europa. Y el ciudadano común no entiende por qué tiene que pagar con su bolsillo todas las imprevisiones de los gobiernos, incluyendo aquellos que se hicieron los de la vista gorda con la especulación financiera internacional".

Los resultados electorales del pasado 6 de mayo en Grecia, que no dejaron a nadie con capacidad de imponer sus criterios y conformar un nuevo gobierno, han puesto en un limbo peligroso a la economía griega. Y a Europa entera.Con otras elecciones previstas para el próximo 17 de junio, tal parece que la crisis económica y política griega se aproxima a un punto de no retorno, con la muy probable posibilidad de que ese país se retire de la zona euro y vuelva a la dracma, su antigua moneda.Los analistas advierten que esta probabilidad si bien no generará de inmediato una crisis en la eurozona, si producirá una oleada de pánico financiero que puede cobrar víctimas en Portugal, España e Italia. En cuanto a Grecia, un retiro de la eurozona podría significar una situación aún peor de la que ya sufre. Quedará como un paria financiero, sin poder acudir al Banco Central Europeo y sin posibilidad de que alguna entidad financiera llegue en su auxilio.Lo cierto es que los griegos no quieren cumplir con las condiciones de austeridad que les ha impuesto el resto de Europa. Y el ciudadano común no entiende por qué tiene que pagar con su bolsillo todas las imprevisiones de los gobiernos, incluyendo aquellos que se hicieron los de la vista gorda con la especulación financiera internacional.La ciudadanía, muy consciente de que las cosas van mal y pueden empeorar, ha comenzado a retirar su dinero de los bancos para evitar perder sus ahorros en caso de alguna quiebra bancaria, con lo que ha acelerado la posibilidad de que ella suceda. Nadie quiere repetir la experiencia del ‘corralito’ argentino, cuando a los cuentahabientes sólo se les permitía retirar una pequeña porción diaria de dinero, que rápidamente perdía su valor debido a la devaluación.Y lo que está sucediendo en Grecia ha comenzado a tener efectos en España e Italia, donde un pánico similar parece haber comenzado. En ambos países las autoridades reportan un aumento en los retiros bancarios, aunque aún no se atreven a dar una explicación para el fenómeno. Nadie quiere impulsar el pánico.Ese es el gran temor, fruto de una enorme crisis de confianza, ya no sólo en la zona euro, sino en las condiciones de la Unión Europea para mantenerse en el mundo de hoy. Los ciudadanos, muchas veces mejor enterados que los expertos, sufren la ausencia de empleos bien remunerados, pierden prestaciones sociales y observan cómo se cierran fábricas otrora prósperas y no se abre ninguna nueva. Algo muy grave está pasando.El eco de la crisis llegó a los salones medio escondidos donde sesionó el grupo G-8, en Chicago, donde Barack Obama trató de mantener una postura entre extremos, al hablar de una política de austeridad que vaya aparejada con el crecimiento económico, para tratar de conciliar las posturas de Alemania y Francia.Pero, como lo saben los griegos, eso no es posible, hasta el punto en que se encuentran en una sin salida y camino a elegir el partido de izquierda más radical. Igual el resto de Europa que, sin competitividad, ve desvanecerse el sueño de un continente unido y próspero.

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