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G-20: ¿Sálvese el que pueda?

16 de noviembre de 2010 Por:

G-20: ¿Sálvese el que pueda?

Días antes de la culminación de la Cumbre de las naciones más desarrolladas del mundo, el premio Nóbel Joseph Stiglitz advirtió sobre los peligros que entrañan las políticas monetarias que enfrentan a Estados Unidos y China, y tienen en vilo al resto del planeta.Esta advertencia dominó el encuentro en Seúl, la semana pasada. En su declaración final recomendó que “Las economías más avanzadas incluyendo aquellas con monedas de reserva, permanecerán vigilantes sobre la volatilidad excesiva y los movimientos desordenados de las tasas de cambio”, en una cláusula que parece destinada especialmente a la economía estadounidense, en realidad la única de reserva.Como se ha señalado, debilitar el dólar para impulsar las exportaciones implica un alto riesgo. Podría dar lugar a una volatilidad incontrolable al tipo de cambio y una reacción proteccionista; peor aún, alienta a una respuesta que daría al traste con la globalización. El mismo Stiglitz advirtió que “Los cambios repentinos y de gran calado de los tipos de cambio pueden tener efectos devastadores, especialmente en los países en desarrollo, llevando a las empresas a la quiebra”. La Cumbre de Seúl fue dominada por las preocupaciones de Estados Unidos y China. Al primero le preocupa su crisis de empleo y su recesión, además de sus increíbles déficits fiscal y comercial, que para otro país significaría la intervención del FMI. A la segunda, el efecto que sobre su economía podría tener la apreciación de su moneda, con la consecuente pérdida de competitividad de sus productos. De acuerdo con analistas, a ambos les interesa que haya poca regulación del mercado cambiario, por lo que la declaración final de la Cumbre del G20, fuera de una exhortación no implica compromiso alguno. “El acuerdo alcanzado no ofrece ninguna garantía de que se pueda evitar una guerra de divisas y una agenda proteccionista”, dijo el experto en economía de la BBC de Londres.La Cumbre presentó como gran logro la creación del Consejo de Estabilidad Financiera y el fortalecimiento del FMI. Pero la realidad es que todo dependerá al final de lo que decidan China y Estados Unidos. Y no hubo señal alguna de que sus gobiernos estén dispuestos a cooperar, al tiempo de que parten de realidades distintas. China tiene exceso de dólares. De allí que la reciente decisión de la Reserva Federal de inyectar a la economía US$ 600 mil millones adicionales, en teoría para impulsar la demanda interna, sea vista como una devaluación adrede del dólar, con consecuencias previsibles para los ahorradores y sin importar lo que recomiende el G20 que, además, es apenas una reunión de negocios sin capacidad vinculante entre los Estados.Para Stiglitz, una decisión como aumentar los salarios ayudaría más al fortalecimiento de la economía mundial que cualquier medida monetaria. Pero la propuesta parece ilusoria porque el problema está en que hay muchos vendedores y pocos compradores. Y cuando eso aparece se genera la recesión que da paso a las guerras comerciales, a las medidas proteccionistas y al “sálvese quien pueda”, donde cumbres como la del G20 dejan sólo pesares y zozobras para todo el planeta.

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