El pais
SUSCRÍBETE

Expediciones Siglo XXI

El conocimiento que aportará la Expedición Colombia Bio es necesario y urgente para salvar a las especies nacionales y sus hábitats de la depredación humana y de los estragos a los que están expuestos por los problemas ambientales que vive el Planeta.

28 de mayo de 2016 Por:

El conocimiento que aportará la Expedición Colombia Bio es necesario y urgente para salvar a las especies nacionales y sus hábitats de la depredación humana y de los estragos a los que están expuestos por los problemas ambientales que vive el Planeta.

En sus 1,14 millones de kilómetros cuadrados de área continental más los 928 mil de zonas marítimas, Colombia tiene un tesoro único que lo clasifica como el segundo país con mayor biodiversidad del mundo. Una parte importante de esos recursos naturales aún no se conoce, lo que impide brindarle protección para conservarla.Nuestro país hace parte de las 17 naciones con mayor diversidad del planeta, es la primera en número de aves y orquídeas, y tiene el segundo lugar en clases de plantas, anfibios, mariposas y peces de agua dulce. Con la información que se ha recopilado en los últimos 200 años, desde que se hizo la primera expedición de José Celestino Mutis, se ha logrado identificar y registrar 54.871 especies, un número importante que no incluye a todas las que habitan en Colombia.La urgencia de cerrar esa brecha de desconocimiento es que entre más se sepa sobre los recursos naturales que hoy tiene el país, habrá mayores posibilidades de estructurar políticas públicas para protegerlos y garantizar su preservación en tiempos ambientales nefastos para los ecosistemas del mundo y para la vida que albergan. Esa es la misión que tienen las 20 expediciones Colombia Bio, en la que participan Colciencias y el instituto Von Humboldt, que comienzan la próxima semana en territorios apenas explorados de la geografía nacional.Así parezca imposible que en épocas de tecnología y conectividad aún queden áreas de Colombia que se mantienen por fuera de la investigación científica, esa es la realidad para un país con regiones de difícil acceso o que han estado bajo el asedio de organizaciones ilegales. También ha faltado la voluntad de realizar esa investigación y hacer presencia de Estado en esas zonas inexploradas para facilitar su acceso. La primera expedición se hará en Putumayo y durante dos años otras recorrerán zonas del Pacífico, Urabá, Caquetá y San Andrés, con grupos conformados por científicos y por representantes de las comunidades que aportarán sus conocimientos ancestrales. El interés de descubrir nuevas especies, clasificarlas, conocer su genética o su estado actual, trasciende la ciencia y tiene una relación determinante con el entorno social. El vínculo que tengan las poblaciones aledañas con la riqueza ambiental que las rodea permitirá hacer un uso sostenible de esos recursos, evitar su destrucción y formar a esta y a las futuras generaciones en sus cuidados.En ese contexto no deberían existir temores ni resistencias al desarrollo de las expediciones Colombia Bio, como los manifestados por algunas comunidades indígenas que han mostrado su reticencia por los posibles usos industriales que se generen de los nuevos estudios y descubrimientos de la biodiversidad nacional. El conocimiento es necesario y urgente para salvar a las especies y sus hábitats de la depredación humana y de los estragos a los que están expuestos por los problemas ambientales que vive el Planeta.De paso es la manera para que los colombianos conozcan bien el país privilegiado en el que viven y sean conscientes de la responsabilidad que les corresponde en su cuidado.

AHORA EN Editorial