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¿Estamos preparados?

"La pregunta es si el Valle y sus municipios están preparados para lo que parece ser una nueva arremetida del invierno".

27 de febrero de 2011 Por:

"La pregunta es si el Valle y sus municipios están preparados para lo que parece ser una nueva arremetida del invierno".

A pocas semanas de la temporada invernal más dura que recuerde Colombia, los pronósticos indican que se aproxima una oleada de lluvias de características amenazantes. Es el momento para recordar la necesidad de prepararse para enfrentar los peligros que vuelven a aparecer.Las inundaciones que se presentan en cercanías a Cali y la zona central del Valle, producto del crecimiento en el caudal del río Cauca son muestras de lo que está por venir. En efecto, según las mediciones de la CVC, el afluente está llegando a los niveles de desbordamiento en la estación de Juanchito, causando ya daños en la zona rural de Candelaria. En Mediacanoa, inmediaciones de los municipios de Yotoco y Buga, ya superó esos niveles y no falta mucho para que se presente una situación semejante en La Victoria, al norte del departamento. Todo ello es consecuencia de las intensas lluvias que caen en las cabeceras de los ríos del sur del Valle y el norte del Cauca, importantes tributarios del Cauca. Por supuesto, sus efectos en el resto de la región apenas empiezan a presentarse, amenazando de nuevo las comunidades y las zonas más azotadas por el invierno que se presentó el último trimestre del 2011. La pregunta es si el Valle y sus municipios están preparados para lo que parece ser una nueva arremetida del invierno.Y, sobre todo, en qué estado se encuentran las obras que debieron realizarse a marchas forzadas para reparar los daños causados a los diques construidos a lo largo del Cauca. No pueden olvidarse los problemas causados en zonas tan densamente pobladas como el distrito de riego de Bolivar, Roldanillo, la Unión y Toro, o las inundaciones que padecieron la parcelación La Dolores de Palmira y el casco urbano de La Victoria, donde todavía hay decenas de familias alojadas en escuelas adaptadas como refugios provisionales. Tampoco pueden olvidarse los destrozos que sufrieron miles de hectáreas de cultivos o desarrollos empresariales como la Zona Franca del Pacífico, donde la falta de mantenimiento de los canales y ríos que circundan el sector de Palmira que colinda con Cali contribuyó a producir graves daños en los diques. Son sitios que apenas están en recuperación, por lo cual se pueden presentar de nuevo problemas. Así mismo, es urgente asegurar el despeje de las invasiones al jarillón que protege la parte oriental de Cali, donde múltiples factores hacen temer por su estabilidad, lo que implica un riesgo importante para miles de personas.Pero lo más preocupante es la debilidad de los Comités de Emergencia de los municipios, revelada ayer por Liliana Guzmán, la gerente para la Reconstrucción del Valle. Ya se sabe que carecen de recursos y que la forma en que se están repartiendo los apoyos de la Nación no parece ser la adecuada para enfrentar los daños hasta ahora causados o las amenazas que se están presentando.Ojalá, las lluvias no pasen a mayores y el Valle pueda evitarse la calamidad que significaría el recrudecimiento del invierno. Pero esa esperanza no puede impedir que se tomen las medidas para afrontar los riesgos y se consigan los recursos necesarios para mitigar los daños que pueda causar en la región.

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