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Esfuerzos necesarios

En ese propósito es obligatorio pensar en la renegociación de los contratos con los operadores que está en desarrollo. Con lo cual se dejarán atrás las continuas disputas por el incumplimiento de parte y parte que con frecuencia se usa para justificar hechos que redundan en la calidad del servicio. También es fundamental revisar el contrato del recaudo, el cual definió entregar al contratista el 13% de la tarifa que pagan los pasajeros, cuando lo usual en todas partes no supera el 7% de ese ingreso.

1 de junio de 2014 Por:

En ese propósito es obligatorio pensar en la renegociación de los contratos con los operadores que está en desarrollo. Con lo cual se dejarán atrás las continuas disputas por el incumplimiento de parte y parte que con frecuencia se usa para justificar hechos que redundan en la calidad del servicio. También es fundamental revisar el contrato del recaudo, el cual definió entregar al contratista el 13% de la tarifa que pagan los pasajeros, cuando lo usual en todas partes no supera el 7% de ese ingreso.

A pesar de las dificultades que se presentan para llegar al punto que esperan los usuarios, el Gobierno y la ciudadanía en general, puede decirse que falta poco para lograr que el Sistema de Transporte Masivo de Cali sea la realidad que todos esperan. Por eso, alcanzar ese punto demanda unos esfuerzos que implican definir un esquema sobre el cual se aporten recursos públicos y se adquieran compromisos serios de los operadores. Ha pasado más de una década desde que se definió el sistema que hoy tenemos como la fórmula para resolver los problemas que causaba el desorden en el transporte público que padecía la ciudad. Desde entonces, Cali experimenta una transformación en su vida urbana, los caleños tienen un sistema confiable que crece a pesar de las dificultades. Y que necesita replantear algunos asuntos, ajustar otros y atacar con decisión la competencia desleal del paralelismo y el transporte pirata. En ese propósito es obligatorio pensar en la renegociación de los contratos con los operadores que está en desarrollo. Con lo cual se dejarán atrás las continuas disputas por el incumplimiento de parte y parte que con frecuencia se usa para justificar hechos que redundan en la calidad del servicio. También es fundamental revisar el contrato del recaudo, el cual definió entregar al contratista el 13% de la tarifa que pagan los pasajeros, cuando lo usual en todas partes no supera el 7% de ese ingreso. Y conseguir que haya una inyección de recursos frescos para superar el difícil momento que atraviesan algunos de los operadores.Es el caso de GIT, empresa que con 301 buses debería ser el mayor operador, pero cuyas dificultades sólo le permiten sacar 100 vehículos por día. Eso es una parte de los problemas que padecen los usuarios, quienes no cuentan con la suficiente oferta para transportarse. En ese sentido parece oportuno el que el Municipio proponga aportar $10.000 millones al fondo de contingencias que maneja Metrocali para que ésta entidad le preste a los operadores el capital de trabajo que requieran, con plazos, tasas de interés y garantías que aseguren la recuperación tanto de los operadores como de los dineros oficiales.Y queda la obligación de acabar el paralelismo como requisito indispensable para seguir adelante. Es por lo menos ilegal que algunos transportadores saquen buses antiguos a competir con el MÍO mientras, según se conoce, sean socios de uno de los operadores. Por eso no puede haber dudas en la actuación de las autoridades de tránsito, así como tiene que acelerarse la chatarrización de los más de 800 buses y busetas que aún circulan por la ciudad. Si bien es necesario mantener un volumen que asegure el transporte público en zonas donde aún no llega el MÍO, ello no puede ser usado para permitir su circulación en las rutas del Masivo. Hay pues un camino complejo por recorrer, hasta lograr que el MÍO sea la realidad que todos los caleños esperan. Aunque el Sistema no tiene ya reversa, todos sus componentes deben aportar para que se resuelvan las dificultades y se puedan alcanzar los resultados que Cali necesita en su propósito de convertirse en una ciudad moderna. Ese es el desafío.

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