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Empieza el desafío

(...) lo que empezará a producirse desde el próximo martes es un verdadero e irreversible cambio de paradigmas en la economía colombiana. Aunque la apertura ha sido una constante en los últimos años, con el TLC que firmamos con los Estados Unidos estaremos obligados a ser un país capaz de competir.

13 de mayo de 2012 Por:

(...) lo que empezará a producirse desde el próximo martes es un verdadero e irreversible cambio de paradigmas en la economía colombiana. Aunque la apertura ha sido una constante en los últimos años, con el TLC que firmamos con los Estados Unidos estaremos obligados a ser un país capaz de competir.

El próximo martes, y luego de negociaciones y cambios que llevaron siete años, entrará en vigencia el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Para Colombia empezará una nueva etapa en su economía, llena de riesgos generados por la competencia con el aparato productivo más poderoso y de grandes oportunidades para lograr el desarrollo que puede traer la integración con el mercado más del mundo.El debate sobre las bondades y riesgos fue intenso en Colombia. Se sabe que frente al coloso estadounidense, nuestra economía asume desafíos que en muchos campos afectará a productores tradicionales, acostumbrados a la protección que significan los aranceles y las políticas oficiales que desestimulan las importaciones que puedan competir y afectar la producción nacional, con el consecuente impacto en el empleo.También está suficientemente claro que nuestra deficiente infraestructura vial, sumada a la concentración de las industrias en el centro del país, son hoy grandes enemigos de la competitividad de nuestros productos, por el impacto de los fletes en el precio de éstos. De igual manera, existen aún grandes inquietudes sobre los resultados que tendrán los acuerdos en materias como la propiedad intelectual y en algunos sectores como la agricultura, la ganadería y la avicultura.Pero frente a esas inquietudes se alza la posibilidad cierta de ingresar a un mercado de 300 millones de consumidores con una de las más altas capacidades de consumo en el mundo. Y de convertir a Colombia en polo de atracción para las empresas internacionales que estén dispuestas a aprovechar las ventajas comparativas que ofrece el TLC con respecto a los países de Asia. A nadie puede escapársele la diferencia que hay entre llevar un producto desde la China y transportar el mismo desde Colombia. Así las cosas, lo que empezará a producirse desde el próximo martes es un verdadero e irreversible cambio de paradigmas en la economía colombiana. Aunque la apertura ha sido una constante en los últimos años, con el TLC que firmamos con los Estados Unidos estaremos obligados a ser un país capaz de competir. Lo que implica abandonar muchas de las prácticas tradicionales, en las cuales es aún corriente acudir al Estado en busca de barreras proteccionistas. Aunque quedan unos años antes de que el Tratado entre a regir en forma plena, ya no hay marcha atrás. La pregunta es si seremos capaces de modernizar nuestro Estado para lograr las indudables ventajas que ofrece el ser parte integrante de la economía global. Así como necesitamos un sector productivo ágil y competitivo, debemos tener unas instituciones capaces de preparar a la Nación para los nuevos retos. Es decir, un Estado que esté atento a los requerimientos en materia de infraestructura o de educación. Y que sea capaz de responder a los incumplimientos y abusos que puedan presentarse, además de encontrar en el nuevo modelo económico los recursos que se necesitan para acabar con la pobreza y la inequidad en Colombia. Sin duda, ese es el gran desafío del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos

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