El pais
SUSCRÍBETE

El Valle del 2010

26 de diciembre de 2010 Por:

"...Sometido a los males que genera la política entendida como el propósito de satisfacer intereses personales o de grupo, o afectada por intereses oscuros, el ente territorial llegó este año a la peor de las circunstancias que recuerde este “país vallecaucano”, como lo llamó Jorge Isaacs para resaltar su riqueza".

Aunque el Valle ha atravesado en su historia grandes dificultades como región y como Departamento, quizás no haya tenido que enfrentar calamidades y problemas como los que le afectaron en el 2010. Un desafío en todos los órdenes que pondrá a prueba la capacidad de los vallecaucanos para recuperar el camino del progreso que hoy parece confuso.El valle geográfico del Cauca ha sido una región marcada precisamente por el comportamiento de su río tutelar. A ello se deben tanto la riqueza de su suelo como las dificultades que se presentan cuando las temporadas invernales hacen su aparición. Por ello, el llamado plan Lilienthal que empezó a ejecutarse a mediados del Siglo XX significó un poderoso y promisorio avance en la solución de esas dificultades, generando progreso y desarrollo, a la vez que puso al Valle en lugar de privilegio como región en Colombia.Pero ese plan no ha sido ejecutado en su totalidad. Y, al parecer, la captura de la CVC por el clientelismo, ocasionada por los errores cometidos en la ley ambiental de 1993, hará imposible cumplir el objetivo. Esa es una de las causas principales del desastre que están viviendo decenas de miles de familias, cientos de empresas y decenas de municipios y corregimientos ubicados a lo largo del Cauca. Sin duda, el fenómeno climático de La Niña es la causa principal de ese desastre. Pero es tiempo de aceptar que si se hubiera ejecutado a cabalidad el plan Lilienthal, el Valle tendría una mejor protección y muy otro sería el panorama.Fenómeno parecido por sus características destructoras es lo que ha acontecido con el Departamento del Valle como entidad. Sometido a los males que genera la política entendida como el propósito de satisfacer intereses personales o de grupo, o afectada por intereses oscuros, el ente territorial llegó este año a la peor de las circunstancias que recuerde este “país vallecaucano”, como lo llamó Jorge Isaacs para resaltar su riqueza.Es por lo menos absurdo que el Departamento haya tenido cuatro gobernadores en menos de un año, precisamente el año en que se celebra su centenario. Como es aberrante la forma en que su administración fue puesta al servicio de ambiciones políticas, destruyendo su organización, desarticulando sus finanzas, adquiriendo compromisos imposibles de pagar y feriando sus ingresos en negocios que demandan con urgencia la presencia de la justicia que protege el interés público.Tan grave estado se agravó con la obligación de realizar unas elecciones para gobernador por un período de once meses, en momentos críticos para la población que necesita ayuda y para la región que urge reparar los daños causados por la temporada invernal. Ahora, con la decisión del Gobierno Nacional de suspender las elecciones ‘atípicas’, y mientras llega el cambio del próximo período, el Valle tiene la oportunidad de revisar su Administración y reorientarla hacia los propósitos para los cuales fue creada: satisfacer las necesidades públicas, liderar la recuperación que requiere la región y atender los requerimientos de los vallecaucanos antes que la voracidad de la politiquería.

AHORA EN Editorial