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El suicida

"...si bien se entiende la indignación de quienes sufren la crisis hasta el punto de llegar al suicidio, también debe entenderse que la responsabilidad se encuentra en los gobiernos irresponsables que endeudaron a sus naciones...".

9 de abril de 2012 Por:

"...si bien se entiende la indignación de quienes sufren la crisis hasta el punto de llegar al suicidio, también debe entenderse que la responsabilidad se encuentra en los gobiernos irresponsables que endeudaron a sus naciones...".

Un anciano griego de 75 años se suicidó en la plaza Sintagma de Atenas, en protesta contra las medidas de austeridad dictadas por el gobierno. Era un jubilado enfermo de cáncer, que había vendido su farmacia que regentaba en 1994 y que vivía de una pensión que él mismo había pagado “sin ninguna ayuda del Estado”.Esta muerte, que su hija calificó como “profundamente política”, ha conmocionado a Grecia y alentado a las protestas contra los recortes y los ajustes. Luego de la huelga general de comienzos de febrero, las manifestaciones desencadenadas con el suicidio de Christoulas auguran nuevas dificultades para la coalición de gobierno.Como se conoce, Grecia tuvo que aceptar duras condiciones para resolver la crisis de su impagable deuda que amenazó con destruir el sistema europeo. Entre ellas se incluyen un recorte de 1.100 millones de euros del sistema de salud, nueva ronda de despidos en el sector público, 15.000 sólo este año; en total, desde el inicio de la crisis y hasta 2015, se prevé dejar cesantes a 150.000 funcionarios.También se incluye una reducción del 22% del salario mínimo. Para los trabajadores menores de 25 años habrá un recorte adicional del 10%. Los del sector privado disminuirán un 25%, se congelan todas las pagas hasta que el nivel de desempleo pase del actual 19,2% a un 10%. No se negociarán ni renovarán convenios colectivos y se acabaron los contratos fijos en las empresas y bancos estatales. El subsidio de desempleo bajará a 360 euros mensuales y se mermarán las pensiones complementarias un 15%.Se sabía que las medidas desencadenarían la protesta, pues golpean de manera severa las condiciones de vida de la gente común. Pero tenían el carácter de obligadas, pues una doble imprevisión condujo al país a la sin salida en la que se encuentra. Por una parte, una sucesión de gobiernos populistas, que instalaron un Estado de Bienestar, sin entender que éste supone un sistema tributario en el que todos los ciudadanos entregan al Estado una parte cuantiosa de sus ingresos. Los gobernantes griegos tomaron el atajo de endeudar el país más allá de lo permisible, sin prever las consecuencias.Por otra parte, los organismos internacionales de crédito, que no quisieron limitar el flujo de recursos hacia economías sin indicadores financieros sólidos. Prestaron con base en promesas, o cifras falsas como sucedió en Grecia, convirtiéndose en coautores de la crisis.De allí que, si bien se entiende la indignación de quienes sufren la crisis hasta el punto de llegar al suicidio, también debe entenderse que la responsabilidad se encuentra en los gobiernos irresponsables que endeudaron a sus naciones, muchos de cuyos funcionarios hoy azuzan las protestas por la mala situación que ellos contribuyeron a generar.América Latina ya pasó por un trance similar en la década de 1980, y el dolor de los latinoamericanos fue pasado por alto por la comunidad internacional. Ahora les toca a griegos, españoles, portugueses e irlandeses y tal vez mañana a italianos y franceses. Duro aprendizaje de una vieja lección: la prosperidad y el bienestar se logran con trabajo duro y ahorro, no con vivir al debe.

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