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El sueño de la libertad

12 de octubre de 2010 Por:

"Es momento para preguntarles a los cabecillas de las Farc..."

Un mes duró el sueño de libertad de los integrantes de la Policía Nacional, cabo José Libardo Forero y subintendente Jorge Trujillo Solarte, que se escaparon y fueron secuestrados de nuevo por las Farc. Desde el 11 de julio de 1999, cuando perdieron su libertad en Puerto Rico, departamento del Meta, su vida ha sido un infierno explotado con sevicia por sus secuestradores y a la espera de que se les devuelva su derecho a vivir como seres humanos.La información de la gesta realizada por el cabo Forero y el subintendente Trujillo salió de los computadores capturados por la Fuerza Pública en la incursión que dio de baja al ‘Mono Jojoy’, el artífice de la tortura que todavía padecen 19 servidores públicos. Y aunque ya se sabe que su fuga terminó, aún se desconoce el estado en que se encuentran. Lo que más preocupa es que un mes antes de su escape, las Farc habían entregado unos videos donde ellos se quejaban de su mala salud y de las condiciones miserables en que los mantenían.Ahora es muy posible que los verdugos a los cuales les han asignado la misión de mantenerlos en cautiverio les hayan propinado otro de sus acostumbrados castigos para quienes intentan escapar del yugo siniestro al que los han condenado. Ya quienes han regresado por las mediaciones y aquellos que pudieron culminar con éxito su intento mediante su esfuerzo como Frank Pinchao o a través de las operaciones ‘Jaque’ y ‘Camaleón’, han narrado con amplitud las vejaciones de que fueron objeto y los inmorales e inhumanos castigos por tratar de recuperar su libertad.Es momento para preguntarles a los cabecillas de las Farc que sobreviven a la persecución de las autoridades si aún creen que prolongando la esclavitud de un puñado de policías y soldados van a conseguir el reconocimiento político que nunca alcanzaron cuando los tenebrosos designios de ‘Jojoy’ hicieron estremecer la conciencia de los colombianos, llevándolos a condenar en forma unánime sus atrocidades y a respaldar el esfuerzo de la Fuerza Pública por recuperarlos a como diera lugar.También, para pedirles a ‘Alfonso Cano’ y el resto de sus compañeros del Secretariado de las Farc, casi todos residenciados en Venezuela, que reflexionen sobre la oportunidad de abrir un espacio al diálogo, entregando a esos hombres, muchos de los cuales, como el cabo del Ejército Libio José Martínez, llevan más de doce años muriendo en la selva. Ese sí sería un gesto que permitiría pensar en un cambio con el cual se recupera la defensa de los principios más elementales de la dignidad humana como base para hablar de paz, en vez de la atrocidad y la barbarie con la que su jefe militar, muerto en La Macarena, pretendió someter a Colombia.Las noticias del escape del cabo José Libardo Forero y del subintendente Jorge Trujillo revivieron en los colombianos su obligación de buscar a como dé lugar la libertad para los secuestrados. Y el deber de los militares y policías de hacer lo que sea necesario para rescatar a quienes han perdido gran parte de su vida en un secuestro producto de su leal y abnegado servicio a la Nación.

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