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El retiro del Rey

Además de un relevo generacional, la llegada de Felipe VI implicará la necesaria corrección de errores y la afirmación de la continuidad de todo lo positivo que la monarquía le ha aportado a España. El reto para el nuevo monarca implica entonces la necesidad de mantener y consolidar una institución que Juan Carlos I convirtió en símbolo de la democracia en España.

3 de junio de 2014 Por:

Además de un relevo generacional, la llegada de Felipe VI implicará la necesaria corrección de errores y la afirmación de la continuidad de todo lo positivo que la monarquía le ha aportado a España. El reto para el nuevo monarca implica entonces la necesidad de mantener y consolidar una institución que Juan Carlos I convirtió en símbolo de la democracia en España.

“Una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista. Mi hijo encarna la estabilidad y tiene la madurez y la preparación necesarias”, dijo el rey Juan Carlos en su comunicado oficial de abdicación a la corona, transmitido en vivo por todos los canales de televisión españoles.Este acontecimiento, inesperado pero latente en un rey que ya cumplió los 76 años, y que se ha visto perjudicado por los escándalos que rodean a la familia real, reabrió el debate entre sectores monárquicos y republicanos. A partir de 2011, la monarquía sólo cosechó malos resultados en las encuestas. Esta caída fue consecuencia de una serie de escándalos que afectaron a su imagen, especialmente el caso de corrupción en el que están involucrados la infanta Cristina, hija del rey, y su marido. También, las fotografías de una cacería de elefantes en Botsuana en la cual se fracturó la cadera, en 2012.La polémica que se desató entonces llevó a que se viera como una ostentación en tiempos de crisis económica, lo cual llevó al rey a pedir disculpas públicas por su comportamiento. Por eso es de gran importancia el reconocimiento de don Juan Carlos y su gesto con el cual permite la renovación de la monarquía como símbolo de la unión en España. No todo debe reducirse a los sucesos de los últimos años. No hay que olvidar que el reinado de Juan Carlos ha durado 49, desde cuando Juan Carlos I fue proclamado, a la muerte de Franco. El reconocimiento a su papel en el período de transición fue amplio. En particular, su actuación en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, cuando guardias civiles se tomaron el Congreso de los Diputados. Franco llevaba seis años muerto, la democracia española era frágil y los golpistas esperaban el apoyo de la corona.Entonces, el joven rey declaró: “La Corona no puede tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático”. Su actitud fue decisiva para fortalecer la democracia, hasta el punto en que el histórico líder comunista Santiago Carrillo afirmara: “Hoy somos todos monárquicos”. Con lo cual clausuró el debate entre monarquía y república.Su postura también había sido clave en el inicio del proceso que modernizó y democratizó a España, con su apoyo al gobierno centrista de Adolfo Suárez. Fue una sorpresa el que fuera el rey quien se convirtiera en símbolo de la ruptura con el pasado. En términos generales puede decirse que Juan Carlos ha jugado un papel altamente positivo en defensa de la libertad, democracia y transformación de España. Nada de esto puede ser desconocido. La monarquía constitucional ha sido buena para España y Juan Carlos se erigió como un factor de unidad nacional. Además de un relevo generacional, la llegada de Felipe VI implicará la necesaria corrección de errores y la afirmación de la continuidad de todo lo positivo que la monarquía le ha aportado a España. El reto para el nuevo monarca implica entonces la necesidad de mantener y consolidar una institución que Juan Carlos I convirtió en símbolo de la democracia en España.

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