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El protagonista del 2014

"En medio de las complejidades de un ambiente signado por las elecciones del Congreso y del Presidente de la República, la negociación para tratar de encontrar la terminación del llamado conflicto armado con las Farc ha sido la gran protagonista de la política colombiana en el 2014".

28 de diciembre de 2014 Por:

"En medio de las complejidades de un ambiente signado por las elecciones del Congreso y del Presidente de la República, la negociación para tratar de encontrar la terminación del llamado conflicto armado con las Farc ha sido la gran protagonista de la política colombiana en el 2014".

En medio de las complejidades de un ambiente signado por las elecciones del Congreso y del Presidente de la República, la negociación para tratar de encontrar la terminación del llamado conflicto armado con las Farc ha sido la gran protagonista de la política colombiana en el 2014. Y, qué duda cabe, su desenlace necesariamente próximo debe marcar el rumbo de la actividad pública en el próximo año.Como era de esperarse, la importancia del proceso iniciado en La Habana hace ya dos años y medio, tuvo gran influencia en la definición de la continuidad del presidente Juan Manuel Santos en la Primera Magistratura de la Nación. Por una parte, perfiló de manera clara el surgimiento de un partido opositor, el Centro Democrático, que disiente con la forma en que se lleva a cabo la negociación. Y, por la otra, de un movimiento, la Unidad Nacional, que respalda el esfuerzo del Primer Mandatario por llevar a término el deseo de alcanzar la paz en Colombia.Iniciado en agosto del 2012, el proceso experimentó una consolidación notable en el año que termina. A pesar de las actitudes desafiantes y de la avalancha de comunicados de la guerrilla que causan confusión, la negociación sigue adelante, enfrentando los desacuerdos naturales a ese tipo de diálogos. Las partes ya han dado a conocer la existencia de acuerdos que si bien no resuelven en su totalidad los puntos tratados, sí demuestran progresos y voluntad de llegar al destino que se trazaron quienes, empezando por el presidente Santos, están comprometidos en llevar a feliz término la negociación. Sin embargo, hoy es difícil anticipar con certeza para cuándo se producirá ese resultado. Y no tanto por lo que está ocurriendo en la mesa de negociación que aún conserva el acuerdo de confidencialidad, como por el ritmo que han marcado las actitudes de las Farc frente a temas que no pueden ser evitados si de verdad se quiere negociar. Está en primer lugar la impunidad que reclaman los miembros del grupo armado a un pasado lleno de violaciones a los Derechos Humanos. Y luego, la exigencia permanente de prebendas, lo cual hace que crezca entre los colombianos un escepticismo evidente sobre el futuro de la negociación. En el último mes, las Farc anunciaron un cese el fuego unilateral y permanente, sujeto a verificación internacional y sometido a que sus integrantes no sean atacados por las autoridades legítimas. Condición inaceptable esta última, puesto que significaría un cese bilateral que no está contemplado, además de constituirse en una renuncia inadmisible a combatir los hechos de violencia y la delincuencia que cometa cualquier organización armada en nuestro país.Hay pues unos avances incontrastables en la negociación. Pero también existen nubarrones espesos que dificultan ponerle términos precisos en el tiempo, así como actitudes que obstaculizan la construcción de confianza sobre las buenas intenciones de las Farc frente a la paz que los colombianos esperan. Así no estén escritos, es claro que los plazos se agotan, y el 2015 será, o mejor, tiene que ser el año de las definiciones sobre un proceso que no puede ser ilimitado ni en el tiempo ni en sus contenidos.

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