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El progreso de Cali

Pero más allá de las dificultades, la entrega de las primeras nueve obras comienza a mostrar la transformación urbana más importante que ha vivido la ciudad en los últimos 40 años.

21 de abril de 2012 Por:

Pero más allá de las dificultades, la entrega de las primeras nueve obras comienza a mostrar la transformación urbana más importante que ha vivido la ciudad en los últimos 40 años.

Los caleños ven hoy de una manera diferente las megaobras que se adelantan en su ciudad. Del escepticismo inicial y el rechazo que en algunos generó su cobro por el sistema de valorización, se pasó a la molestia por las incomodidades que han causado. Pero ahora, cuando ya se han entregado varias de las obras, se avanza en otras y quedan pendientes por comenzar algunas más, la gente reconoce que sin ellas difícilmente Cali estaría dando el paso para transformarse en una ciudad moderna.La recuperación de la confianza en las megaobras se confirma con el repunte que ha tenido en los últimos dos meses el recaudo por valorización, luego de que el impulso inicial parecía haberse perdido. Hasta el cierre del mes de marzo, los caleños habían pagado $331.348 millones, más de un tercio de los $869.920 que se deben recoger en el plazo de los próximos seis años. Al cumplir con su obligación, los ciudadanos demuestran que sí aceptan las obras y que están comprometidos con Cali. Sin embargo, el camino no ha sido fácil. En la fase inicial se incluyeron 13 proyectos, que se han adelantado en 22 frentes de trabajo durante los últimos 18 meses. Como se desprende del informe publicado el miércoles anterior en El País, algunas obras han cumplido con sus cronogramas, otras avanzan a pesar de las dificultades y unas más, como algunas en el sur, siguen en el limbo por problemas como la compra de predios o inconvenientes de los consorcios que las adelantan. Pero más allá de las dificultades, la entrega de las primeras nueve obras comienza a mostrar la transformación urbana más importante que ha vivido la ciudad en los últimos 40 años. Los caleños ven cómo avanzan el hundimiento de la Avenida Colombia o la construcción del puente de la Calle 70 con Carrera 8, que le cambiarán sin duda la cara a la capital del Valle y a su movilidad. O sienten muy cercana la rehabilitación de la malla vial en barrios como San Fernando, Versalles, Granada, Vipasa y la Flora, que tal vez no tenga el impacto de renovación que muestran otras, pero sí atiende una necesidad sentida de la gente. Falta aún mucho por hacer. Los paquetes de la segunda fase apenas se están estructurando y se espera que el Municipio haya asimilado las experiencias de la primera etapa para que tenga mejores resultados. Y que le dé prioridad a obras que necesitan un tratamiento especial, como la ampliación de la salida al mar, indispensable para Cali y para el Valle porque esa vía significa su vinculación a la apertura económica que vive el país. Esta vez la negociación de lotes y predios se tiene que resolver con anticipación para evitar retrasos, y se tienen que solucionar los problemas que presentan algunas firmas contratistas.Que las megaobras se hagan todas, como están planeadas y con las mejoras que requieran, es un compromiso de la ciudad con su futuro. Que, además de los beneficios que le traen a Cali, demuestran que si se juntan el Gobierno Municipal y sus ciudadanos, y se usa una herramienta valiosa como la valorización, es posible lograr transformaciones y construir progreso.

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