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El Pacto por el Valle

"...hay que rescatar al Valle. Y se comienza por convencer a sus habitantes de la urgencia de mirar con otros ojos a su región, ya no con la indiferencia sino con la esperanza de trabajar unidos, apuntando hacia un mismo objetivo y con el compromiso de la Nación de apoyar la reconstrucción".

24 de noviembre de 2012 Por:

"...hay que rescatar al Valle. Y se comienza por convencer a sus habitantes de la urgencia de mirar con otros ojos a su región, ya no con la indiferencia sino con la esperanza de trabajar unidos, apuntando hacia un mismo objetivo y con el compromiso de la Nación de apoyar la reconstrucción".

Vallecaucanidad. Por décadas esa palabra ha sido sinónimo de pujanza y liderazgo, ligada a productividad y a la calidad del talento humano de un departamento bendecido por su topografía, bañado por el mar Pacífico, el del futuro, y ejemplo para la Nación. De pronto apareció la decadencia, golpeando a los más de cinco millones de habitantes que parecían pasmados frente a la amenaza. Pero como siempre, el renacimiento es posible. La propuesta presentada ayer por la Gobernación del Valle acompañada por la Alcaldía de Cali, la Cámara de Comercio de Cali, el Comité Intergremial del Valle, el Grupo Multisectorial y la Unidad de Acción Vallecaucana, es la propuesta para rescatar la cultura, la mística y los valores de la vallecaucanidad. Más que una propuesta retórica, es la posibilidad de construir bases seguras para ser de nuevo el departamento modelo de Colombia.En los últimos años el Valle ha mostrado su lado más oscuro. La violencia se enquistó en esta tierra de la mano del narcotráfico, el paramilitarismo, la guerrilla, las bandas criminales y la delincuencia. La cifra de crímenes llegó en el 2011 a 3.447, la mayoría de los casos fueron por venganza e intolerancia. Ese número es el resumen de la pérdida que tuvo el valor por la vida en la región.De cómo la corrupción y el desgreño administrativo se tomaron al Departamento dan cuenta los últimos cinco años. Por el Palacio de San Francisco han pasado siete gobernadores, la deuda acumulada alcanza los $560.000 millones y el pasivo pensional llega a $2,7 billones; hay 5.000 demandas contra la Administración que si se fallaran en contra sumarían $762.401 millones. Todo ello llevó al Valle a su peor crisis financiera y no quedó otra salida que acogerse a la Ley 550 o de insolvencia económica. Los efectos se sienten en la imposibilidad de hacer inversión social, en un sistema de salud departamental en crisis, en el déficit de vivienda de 222.000 hogares y en un aumento de la deserción escolar. La inestabilidad se percibe en el retroceso de la industria y en el índice de desempleo que es de los más altos del país.Por eso hay que rescatar al Valle. Y se comienza por convencer a sus habitantes de la urgencia de mirar con otros ojos a su región, ya no con la indiferencia sino con la esperanza de trabajar unidos, apuntando hacia un mismo objetivo y con el compromiso de la Nación de apoyar la reconstrucción. Lo cual empieza adquiriendo compromisos que van desde proteger la vida y rechazar la violencia intrafamiliar, tratar con respeto al otro, valorar nuestra identidad y reconciliarnos.También se habla de solidaridad, de contribuir para que la región sea sostenible ambientalmente y sobre todo de respetar los asuntos públicos, actuar con transparencia y ejercer nuestros derechos y deberes con responsabilidad. Lograrlo no es sólo labor del Gobierno Departamental. El empresariado, la Fuerza Pública, las universidades, las organizaciones sociales y en general los vallecaucanos tienen que trabajar de forma coherente, con proyectos determinados y sin descanso. Así se podrá concretar el Pacto Vallecaucano.

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