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El horror en Villahermosa

"Lo de Villahermosa es el horror, una amenaza latente donde se conjugan todos los riesgos posibles, los derechos humanos de los internos están siendo desconocidos y se puede desencadenar una tragedia incalculable, además de las consecuencias que tiene para el sistema de seguridad de Cali".

28 de mayo de 2014 Por:

"Lo de Villahermosa es el horror, una amenaza latente donde se conjugan todos los riesgos posibles, los derechos humanos de los internos están siendo desconocidos y se puede desencadenar una tragedia incalculable, además de las consecuencias que tiene para el sistema de seguridad de Cali".

Muchos son ya los llamados que desde distintos sectores se han hecho sobre la situación que se vive en la cárcel de Villahermosa por el hacinamiento de los internos y la falta de respuestas efectivas para resolver un asunto que amenaza la vida de la población allí alojada. Los últimos en reclamar son los guardianes, y no precisamente por exigencias salariales.La insólita protesta de los miembros de la guardia se refiere a la necesidad de evitar males mayores producidos por el creciente número de detenidos. En efecto, a partir del pasado lunes sólo están recibiendo dos de los hasta diez remitidos a diario por las autoridades, con lo cual buscan producir resultados que detengan el drama humano que se vive en el centro de reclusión, además de llamar la atención sobre el riesgo de colapso en las edificaciones de Villahermosa. Y no es para menos: según datos oficiales, allí hay 6.540 detenidos mientras su capacidad sólo alcanza los 1.667. Es decir, una población del 392% de su capacidad, lo que por sí sólo es una amenaza. Que se completa con las fallas en la atención de salud, traducida en riesgo de epidemias; en la precariedad de servicios públicos y el infamante espectáculo que se produce por las noches en el momento de dormir. Son miles de seres humanos que deben dormitar unos sobre otros, pagando o luchando por un espacio decente y sin posibilidades de solución a su problema.Qué decir de la amenaza que representa una edificación con 56 años de construida, a la cual no se le ha realizado el mantenimiento que corresponde. Es una cárcel por donde circulan más de 12.000 personas al día; que debe recibir el triple de esa cifra los fines de semana cuando llegan las visitas familiares. Ni siquiera ha servido la sentencia del Tribunal Superior del Valle que ordena suspender el envío de detenidos hasta tanto se hagan las reparaciones necesarias para evitar el colapso de las vetustas edificaciones. Y para manejar semejante población, Villahermosa sólo cuenta con 288 guardas, de los cuales 38 están dedicados a labores administrativas. Ahora, la decisión de los guardas penitenciarios generará un drama adicional, puesto que se empezarán a represar los detenidos en las estaciones de Policía de la ciudad. Con lo cual se iniciará el consabido reclamo contra las autoridades locales que no tienen responsabilidad en el asunto. Lo cual es síntoma del desquiciamiento que padece el sistema penitenciario, y la increíble demora en atender lo que ocurre. Es como si los detenidos, culpables e inocentes, cayeran en un hueco negro donde desaparecen sus más elementales atributos como seres humanos. No hay duda de que la crisis es en todas las cárceles del país. Pero lo de Villahermosa es el horror, una amenaza latente donde se conjugan todos los riesgos posibles, los derechos humanos de los internos están siendo desconocidos y se puede desencadenar una tragedia incalculable, además de las consecuencias que tiene para el sistema de seguridad de Cali. Por eso es necesario que haya respuestas que resuelvan una situación inaceptable para cualquier sociedad.

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